doctor CÓRDOBA:
Voy a continuar
fundamentando las responsabilidades de cada uno de los acusados en este
juicio, luego de esa fundamentación se
continuará con la autoría y tipos penales.
Responsabilidad de los oficiales del EA: hay uno de los departamentos del
Estado Mayor del V Cuerpo que tuvo un
mayor nexo con lo que ocurría dentro de las cárceles, no sólo mayor nexo sino
también mayor responsabilidad.
Voy a empezar con
el Departamento 1 – Personal. Que es la responsabilidad de Hugo Jorge DELME y
después de Hugo Carlos FANTONI.
Los oficiales de
este departamento intervenían una vez que las personas ya habían sido blanco,
primero de Inteligencia y luego de Operaciones.
Esta represión por
parte del Terrorismo de Estado se puede dividir en etapas: una primera
racional, la actividad metódica de Inteligencia, que obtenía la información, la
clasificaba y diseminaba. Hay una segunda instancia de operación, signada por
la violencia en apariencia desmedida y avasallante, notoriamente irracional pero
dirigida hacia objetivos concretos. Una tercera etapa que vuelve a ser
racional, que es la del Departamento 1 -
Personal, que es la faz burocrática del Terrorismo de Estado.
Toda esa violencia
de las operaciones que hemos escuchado por parte de los testigos y de las
víctimas, tenía una instancia de racionalización, en el registro constante e
inventario continuo del resultado de esas operaciones.
Cada una de las
personas secuestradas era registrada por el personal del Departamento 1. Cada
uno de los movimientos dentro de los CCD, los traslados sea a la cárcel, la
muerte o la desaparición, la libertad en algunos casos, eran registrados por
estos oficiales. Por eso digo que constituía la racionalización mecánica del
Terrorismo de Estado: el registro de cada una de las disposiciones adoptadas. Y
no sólo el registro, que podría interpretarse como una actividad meramente
administrativa o neutral, sino también a partir de esa posición burocrática,
una capacidad de decisión acorde al nivel encumbrado que tenían estos dos
oficiales concretamente.
Dentro del esquema
del V Cuerpo de Ejército vemos en pantalla la línea de mando que estaba sobre
cada uno de estos acusados: el Comandante de Zona V era ASPITARTE, el Segundo
Comandante –a su vez Comandante de Subzona- era CATUZZI, y por debajo de
él FANTONI como Jefe del Departamento
–esa era la cadena de mando por donde transcurrían y a su vez emitían las
órdenes-, por debajo de él los oficiales a nivel de Jefatura de División FARÍAS
BARRERA y como Jefe de Registro y Enlace, Hugo DELME.
Por debajo de
ellos venían las instancias operativas y de ejecución concretas.
Esta faz
burocrática de la represión cumplió las notas de toda burocracia, aplicada al
Terrorismo de Estado.
Fue precisa:
registraron cada dato, cada alias, cada fecha de secuestro, cada día que pasó
la víctima en el CCD, cada traslado que hubo.
Fue veraz: fue
producida mientras eso ocurría, era contemporánea a cada uno de estos hechos.
Fue regular y
constante, y plasmó la actividad de este Departamento, la división prefijada de
estas tareas represivas, con la división jerárquica, los procedimientos
regulados y los enlaces ya acordados entre los propios departamentos del Estado
Mayor y con otras instituciones, como el Servicio Penitenciario.
La actividad de
estos acusados, tanto DELME como FANTONI, tenía por objeto de ese registro no
ya cosas, sino cautiverios y muertes.
Era el registro de quienes estaban al lado de ellos y sobre quienes decidían.
Tuvo el correlato
en la eficiencia que tuvo el Terrorismo de Estado: una maquinaria que no tuvo
errores, nunca liberó a alguien por error, una maquinaria que tomó decisiones a
partir de la información que enlazaban estos oficiales.
Insisto que en los
testimonios escuchados, muchos relatan sobre este registro o inventario. Hoy
hablamos de un registro, pero cuando algún familiar le preguntaba a DELME por
GIORDANO o ROMERO él consultaba ese registro, mientras que a metros de ahí,
esas personas seguían respirando y seguían cautivas. Esto da la dimensión de lo
que ocurría entonces.
Lo mismo ocurre
con PARTNOY y SANABRIA, cuando preguntaban por ellos sus familiares o allegados
y él decía “no están acá, y son MONTONEROS peligrosos”, no sólo estaba mirando
un cuaderno, estaba haciendo un bloqueo y atrás de él, estaban los cautiverios
de estas personas todavía en marcha.
Era la
manifestación burocrática del Terrorismo, pero no solo eso, DELME acometía
contra las familias que quedaban ante su presencia, reducidas a seres
atemorizados, que terminaban decidiendo no ir más ante el horror y el espanto
que les causaba este oficial. Veamos quién era entonces DELME al momento de
ejecutar estos hechos:
7.- Hugo Jorge
DELME: nació el 15/11/36 en La Plata, es coronel retirado del EA. En los
’80 fue beneficiado con las leyes de impunidad –concretamente con la ley de
obediencia debida-.
Al momento de
llegar a Bahía Blanca, era un oficial con aptitud de Inteligencia y capacitado
como auxiliar de Estado Mayor. Había hecho en el ’66 el curso de Inteligencia
para oficiales, es decir que tenía una capacitación específica para esta área
central en la represión, y aprobado en el ’75 el curso de Auxiliar de Estado
Mayor. Es decir que tenía la capacitación formal para desempeñar ese cargo. Por
otra parte, había participado ya en la lucha contra la subversión, en el
“Operativo Independencia” en Tucumán, la primera avanzada del Ejército sobre la
población. En esas condiciones llegó a Bahía Blanca y cada una de esas notas
características de su formación, se notaron al momento de accionar desde la
División Registro y Enlace.
Vemos en su legajo
de servicio que llegó el 15/12/76 a Bahía Blanca, al Comando del V Cuerpo de
Ejército. Él pretende que se le compute el 9/2/77 pero consta en su legajo que
pasa a prestar servicios el 15/12/76, por esta fecha se lo acusará. Sobre él
tenemos la línea de mando: fue calificado con puntaje perfecto por CATUZZI y
por el Jefe FANTONI. Estas eran las personas que le impartían órdenes y
controlaban su cumplimiento.
El 16/10/77 DELME
con el grado de mayor, continúa como Jefe de la División Enlace y Registro,
debajo de esa imagen se ve que continúa en el mismo grado y destino, calificado
con puntaje de 100 por el Jefe de Personal Hugo Carlos FANTONI. Siempre
considerado uno de los pocos sobresalientes para su grado. No tiene sanciones
en este período. En el ‘86 llegó a ser Jefe de Inteligencia del Estado Mayor
del Ejército, antes de retirarse por las investigaciones sobre violación a los
derechos humanos, que ya lo tenían como imputado.
En su indagatoria,
DELME dijo: “Jamás en mi vida desprecié o me desempeñé con desprecio por la
vida o derechos humanos”. Negó toda participación en los hechos. Describió de
modo falso su operatoria: dijo que se enteraba de los secuestros por dichos del
director de la U4. Dijo que el director del Penal le informaba si había habido
una operación, que él le avisaba a FANTONI y luego el director le transmitía la
causa de su detención. Vamos a ver con documentación que eso era inverso.
Afirmó que nadie fue privado de su libertad por las listas que él tenía, que se
confeccionaban después.
La confección no
es después sino durante los cautiverios, como vamos a ver, lo que cambia la
repercusión de sus conductas.
Una sola víctima
–BOHOSLAVSKY- dijo que fue secuestrado y llevado a la cárcel, todas las demás
hicieron el camino inverso: pasó primero por los cuarteles, ahí eran
registrados por DELMÉ y luego derivados a la cárcel. Es absolutamente
inverosímil que la fuente de su información haya sido la Unidad 4.
DELME dijo que
CATUZZI le ordenó que dos días por semana recibiera a los familiares y les
dijera todo lo que sabía; que a veces consultaban por personas que no estaban
en las listas y se lo informaba a los jefes, y que nunca supo de detenidos
clandestinos.
Hay en la causa un
recibo firmado por DELME, donde entrega elementos a los familiares de PARTNOY,
elementos secuestrados en la violación de domicilio de calle Canadá. Ante ello
DELMÉ dijo que eso era muestra de su cristalina actuación, porque él suscribió
ese documento; y si hubiera sabido lo que le ocurrió a PARTNOY sería un
comportamiento absurdo. La Fiscalía sostiene que es un comportamiento ilícito,
no absurdo, comprobado por su propia firma que no ha desconocido.
Luego dijo que
como PARTNOY había sido trasladada el 25/4 a la cárcel, el suscripto haya tomado
medidas propias de la División Registro y Enlace. Allí sí la Fiscalía coincide
porque PARTNOY estaba en el CCD “la escuelita” como quedó probado. Dijo que no
recordaba el trato con los familiares de
PARTNOY. Los familiares sí lo
recordaron.
DELME mintió
cuando dijo que los traslados de los detenidos eran autorizados por el
Ministerio del Interior y ejecutados por el Servicio Penitenciario Federal. Hay
documentación y la hemos visto que esos traslados fuera de jurisdicción, por
ejemplo a Rawson, eran ordenados por FANTONI y que él mismo DELMÉ les daba
forma a esas órdenes, fijando el tiempo y modo de los traslados. Es falso que
haya sido en esferas ajenas a su propia actuación.
Dijo que la
División Registro y Enlace no tuvo incidencia en los traslados: esa
documentación ya fue exhibida.
La Fiscalía
fundamenta su responsabilidad en la jefatura de División que ejerció, desde
allí recibió y transmitió órdenes y
actuó en el plano inmediatamente inferior a FANTONI.
Esa actuación está
claramente detallada en el reglamento RC330 donde dice que había una
responsabilidad primaria del Departamento 1 en todas las cuestiones
relacionadas con los individuos bajo control militar, tanto amigos como
enemigos, militares o civiles. La tarea asignada era administrar esos prisioneros:
reunirlos, clasificarlos, internarlos, separarlos, custodiarlos, castigarlos
evidentemente, y eventualmente liberarlos o decidir qué hacían con ellos.
Esto significa
que, ya sea cumpliendo órdenes de FANTONI o impartiendo órdenes propias en su
ámbito de libertad, tuvo injerencia directa en los hechos.
La función era
clara: a partir que alguien ingresaba en cautiverio empezaba la actuación del
Departamento 1. Las condiciones de cautiverio ya fueron probadas en cada uno de
los casos, los actos lesivos a los derechos humanos en cada uno de los
cautiverios también y la injerencia de oficiales del Estado Mayor del V Cuerpo
también fue mencionada cuando se desarrollaron los casos. Eso implicó el
confinamiento en CCD con la finalidad de reducirlos y arrancarles la
información que tenían, de interés para seguir con la represión.
En cuanto a su rol
como oficial de Registro y Enlace, era posterior a los secuestros pero durante
su ejecución. Como oficial de registro fue indispensable, porque solamente
mediante su tarea constante y regular, mediante la administración de esa
información, él y los demás oficiales podían ejercer el control y podían operar
sobre esas personas, esa información fue central en el momento del destino
final de las víctimas.
En cuanto a su
función como oficial de Enlace, el art.3046 del RC330 le asigna al oficial de
Enlace, o sea DELME, mantener un intercambio de información continuo y promover
la cooperación y coordinar el esfuerzo entre dos o más comandos mediante el
contacto personal. Tiene un rol operativo dentro de las órdenes que circulaban.
El art.10030 puntualiza que la actuación del oficial de Enlace es la unidad de
propósito y acción entre elementos de las FFAA, superiores e inferiores, y
entre fuerzas de apoyo. El ámbito incluía no sólo el Ejército sino otras
fuerzas. Eso explica su presencia en la cárcel y su continuo nexo con el
Servicio Penitenciario.
El Reglamento 83
de Operaciones contra la subversión urbana, en materia de comunicación, exige
el mantenimiento de enlaces, entre comandantes y los elementos dependientes,
entre los elementos de seguridad y las unidades más próximas, entre los
oficiales de operaciones y los de inteligencia, entre los oficiales de
logística también en sus diferentes estratos, y entre elementos militares y
civiles en su mismo nivel. Ese es el ambiente de enlace de DELMÉ: es un punto
de articulación central en el funcionamiento del aparato represivo y sin
descartar, obviamente, las relaciones horizontales que existen en todo Estado
Mayor. Porque esa línea de mando pasando por FANTONI y DELME, admitía y eran
necesarias las relaciones de horizontalidad. No hay posibilidad de que la
jefatura de DELME haya sido un compartimiento estanco, a nivel de Operaciones
(PAEZ o BAYON) o de Inteligencia (TEJADA o ÁLVAREZ).
El Reglamento 330
habla que los oficiales de Estado Mayor son una sola entidad militar que tendrá
un único propósito: el cumplimiento de la misión –la lucha contra la
subversión-.
Otra función de
DELME era el nexo y bloqueo de
información con los familiares de las víctimas. En esta tarea es donde más ha
sido mencionado, más allá de la autoría mediata, y fue esencial para el éxito
de la misión criminal. Las operaciones y su resultado debía ser clandestina y
la información dosificada. El objetivo fue el desgaste, el bloqueo y la
obturación del esfuerzo de todos los familiares en la búsqueda de las víctimas
de las operaciones, y estuvo dirigida directamente contra los familiares que se
animaban a llegar al V Cuerpo.
Esto aseguraba la
clandestinidad y el status de desaparecido.
El bloqueo es un
dispositivo esencial del Terrorismo de Estado. Había un despliegue descomunal
en las calles de Bahía Blanca, una decidida publicación de las operaciones, a
esa instancia pública seguía la negación. Había una toma de la ciudad y a la
vez la negación. Primero se mostraban, se desplegaban y torturaban incluso en
las casas. Luego aparecía DELME y decía “todo eso no ocurrió, no tenemos a las
víctimas, no secuestramos gente, acá no
hay nada, no nos dedicamos a eso”. Fueron conductas concretas de este oficial
del Departamento Personal.
Fue central en la
extensión del tormento al entorno familiar, mediante esa mortificación y
denigración, y el amedrentamiento cuando perdía la calma, atemorizando a
quienes iban a reclamar.
Así vemos en el
caso BOSSI, hubo referencias que en una segunda reunión, les informó que era un
cabecilla MONTONERO, muy buscado en Mar del Plata, y que por transitividad la
esposa de él también lo era. Que los MONTONEROS eran grandes simuladores, que
los conocía por haberse metido en la celda y les había visto la verdadera cara.
En una tercera entrevista les dijo que conocía a los MONTONEROS de su lucha en
Tucumán.
María Susana BOSSI
dijo que DELME mostraba siempre un odio furioso hacia MONTONEROS y ante ello no
pudieron seguir yendo. Eso también fue avalado por LAURITO y TRAVERSO.
DELME en el ’86
tuvo otra valoración, dijo que mantenía informados a los familiares, concertaba
entrevistas y que trataba de contener la angustia y zozobra de éstos al conocer
las actividades que se atribuían a sus parientes. Asumió que la información al
respecto la tenía él y se encargaba de comunicársela a los familiares. Está
claro que el desaliento y zozobra no era por las acusaciones sino por la propia
actuación de DELME. Si hubieran sabido quién era esta persona y el ámbito
clandestino en que actuaba, su temor hubiera aumentado.
CHABAT dijo que
cuando DELME la vio en la cárcel comentó cómo había cambiado, pese a que ella
no lo conocía. La única situación en que CHABAT pudo haber sido vista por
DELME, fue cuando ella estaba con los ojos vendados.
A la madre de
CHABAT, DELME le exhibía una carpeta con folios y le leía información de
Inteligencia, donde decía que había participado en reuniones y atentados. Es
decir que tenía acceso a información de Inteligencia.
CEREIJO dijo que
DELME en esas entrevistas que tenían los padres, vinculaba a LOFVALL con
determinados hechos subversivos, y que permanecía inmutable. Hemos visto el
documento de despliegue de acción del Ejército, idéntico al relato que se
escuchaba a DELME en esos días, también accedía a esa documentación secreta.
Cuando DELME era
consultado por los detenidos en “la escuelita” eso le producía un gran enojo,
le molestaba.
ALOISI dijo que
DELME los trataba como si no fueran humanos. Luego de haber hecho más de cien
consultas dejaron de ir.
En el caso SAMPINI, mantenía la clandestinidad de esa
desaparición que todavía persiste, diciendo que había sido liberado y mostraba
un supuesto documento donde había una
firma que atribuía a SAMPINI.
La madre de
PARTNOY recibió de DELME la cartera de su hija, medias y una lista de
pertenencias secuestradas. Esa era la actividad de ese oficial del Departamento
1, a eso
habían reducido su actividad.
En esa entrevista
le adelantó que iban a ser trasladados, pero pasaron dos meses hasta que
ocurrió. Tenía tal dominio del hecho que sabía por anticipado lo que ocurriría,
sin que los familiares pudieran hacer algo.
Esto fue
corroborado por la propia Alicia PARTNOY y su madre dio cuenta de la actuación
de otro de los oficiales del Departamento 1 –FARIAS-, quien ya fuera condenado
por haber cumplido esa misma función, por cumplirla en la Brigada de Neuquén.
En esa condena confirmada por la CNCP destacó la posición de privilegio que
ocupaba en la cadena de mandos, el carácter de “cara visible” del Ejército
frente a la comunidad, y haber sido un eslabón fundamental del plan. La Cámara
tuvo en cuenta las declaraciones del general SEXTON, quien dijo que en
principio el comandante, segundo comandante y el Jefe de la División Registro y
Enlace podían tener acceso a esa información. Esto es relevante al momento de
evaluar la incidencia de las conductas de DELME en términos de responsabilidad
criminal.
El conocimiento
del oficial de Registro y Enlace tenía, implica una participación activa en los
hechos en juzgamiento.
Otro de los casos
en que queda claro el acceso a la información y la decisión que tenía DELME, es
el caso TRIPODI. Ella dijo que cuando fue liberada del CCD fue a preguntar por
GON y una vez frente a DELME le preguntó también por FERRERI, un desaparecido.
Que DELME abrió un libro, hizo un gesto y lo cerró, ella interpretó que FERRERI
estaba muerto. El continúa desaparecido. Es decir que DELME disponía de un
registro no solo de los detenidos, sino también de aquellos sobre los que se disponía su desaparición.
La esposa de
HIDALGO, CAGOSSI, fue a hablar con DELME y este le dijo que se lo investigaba
por su relación con el hermano, que para entonces había sido ultimado. También
le hizo referencia que habían encontrado una carta en la casa del cuñado, es
decir, tenía conocimiento de cada circunstancia.
Otras referencias
de intervención de DELME, es en los casos FASSIA, RIAL, BERMUDEZ, CRESPO,
MIRAMONTE (a quien DELME le decía que olvidara lo que había pasado), COLOMA,
PEREYRA, YOTTI, CORSUNSKY su intervención es interminable.
Esta actuación
incluyó la transmisión y emisión de órdenes fundamentalmente respecto al paso
del CCD al Servicio Penitenciario. DELME firmaba las órdenes, autorizaba quién
podía visitarlos, comunicaba las puestas a disposición del Poder Ejecutivo,
ordenaba los traslados, incluso la expulsión del país.
Las constancias de
esta participación, van desde la orden de continuar la detención en la UP4,
allí vemos una de esas ordenes, dirigida al director de la cárcel. Ese
documento solo refuta todo lo dicho en su defensa al respecto por DELME. Era el
quien como mayor y Jefe de la División Enlace y Registro, comunicaba al
director que había delincuentes subversivos que tenían que seguir detenidos en
la U4, en este caso Eduardo MADINA que declaró ante el Tribunal.
En este documento
del 14/4/77 (exhibe en pantalla) ordena que diferentes víctimas vinculadas con
el caso MUSSI, permanezcan en la U4.
Hay otro documento
del 21/4, y que también nos da cuenta de otras de las injerencias que tenía
DELME, ahí está remarcado en rojo, le ordenaba al director de la U4 “comunico
que los detenidos podrán ser retirados por la Brigada de Investigaciones para
su interrogatorio”. La vía libre para las torturas e interrogatorio las
habilitaba DELME por escrito.
Hay otro documento
sobre GAITAN y Susana Margarita MARTÍNEZ de GAITAN, ordena la internación en la
U4 a disposición de autoridad militar.
Comunicaba números
de decretos de un interno, acá tenemos la fase más burocrática de actuación.
Obviamente que había realizado todo el procedimiento anterior y tenía
conocimiento previo, se refiere en este caso a MADINA, en 3/77. En mayo del 77
seguía con la misma actividad (exhibe).
Autorizaba que
alguno de los detenidos en la U4 realizara alguna gestión, todo debía pasar por
su control o autorización, en este caso que un escribano se presente ante
MEILAN, estableciendo las condiciones. Esto en 2/77.
Aquí una orden de
traslado que emite DELME.
Está resaltado en
verde “de orden del Comandante de Zona V”, a nivel de Jefe de Zona, organizada
para la lucha contra la subversión. Traslado de JAIME de la U9 a la U4. Lo que
da cuenta del despliegue más allá de esta jurisdicción, aunque él en su
indagatoria dijo que era resorte del Ministerio.
El 13/10/77 ordena
el traslado de DAMIANI a la U2 de Villa Devoto.
Lo propio hace con
SIERRA y VILLANUEVA, quienes también habían estado secuestrados en “la
escuelita”. Ahí comunica la autorización solicitada. Dice: “Comunico al
director de la cárcel que se autoriza el traslado de los detenidos ante el Juez
MADUEÑO”. El se atribuía más autoridad que el Juez Federal, el autorizaba la
presencia de las víctimas ante el Juez.
Otro de los
aspectos relevantes de la conducta de DELME, es que ordenaba las liberaciones,
nada menos que lo que implicaba el fin del cautiverio, que para algunas
personas significaba salvarse de la muerte. Vemos este documento de 2/77, una
orden de liberación de parte del Comandante de Subzona 51. Lo propio en junio
‘77 en el caso de “Bracco”. Tenemos otro documento del 30/12/77 en el cual
ordena la libertad de Susana Margarita MARTÍNEZ. Lo propio hace con LARREA en
noviembre del ‘77 y nos sigue dando cuenta de su actuación.
El documento
referido a FLORES RIQUELME, comunica la expulsión de la República Argentina de
la nombrada.
Queda demostrado
entonces que el poder de DELME excedía en el contexto del Terrorismo de
Estado, ordenaba estas medidas, no solo
era el instrumentador de esas órdenes, en su ámbito de libertad las hacía
propias.
Tuvo participación
en los “cónclaves”, que es una forma también de disponer de esos cautiverios.
Su paso por el CCD era condición constante en cada uno de estos hechos.
Esta relación con
el CCD va más allá de la comprobación documental, es imprescindible que alguien
registre la actividad en los mismos, sino habría disociación entre las
actividades clandestinas y caóticas de los CCD y las organizadas del
Departamento. Las calificaciones que surgían en los “cónclaves” decidía la
suerte de los detenidos, por años, como en los casos MEILÁN y CRESPO. Él
admitió su participación en los “cónclaves” aunque pretendió que lo hacía sólo
brindando información, aunque no dijo de dónde la sacaba.
CATUZZI dijo
que DELME era el encargado de pedir los
vehículos a la cárcel para el traslado de los detenidos. Ahí tenemos otra
referencia a la actuación cercana a los CCD.
Por todo ello
solicitaremos su condena.
Esta documentación
que hemos visto está referida al paso de los secuestrados hacia la cárcel, la
continuidad de su privación de libertad. DELME con su actividad, y el
Departamento 1 en concreto, tenía la llave de salida del CCD. Ahora bien, lo
que también integra el ámbito de actuación, son las disposiciones y el registro
de las desapariciones y la muerte, por lo cual también debe ser condenado Hugo
Jorge DELME. No solo como el enlace más visible, sino también como el enlace
que implica la desaparición, la muerte, incluso el fusilamiento de algunas
víctimas.
Pasaré ahora a
desarrollar la responsabilidad de su jefe.
8.- Hugo Carlos
FANTONI: Nació el 13/2/29 en La Plata, es coronel retirado del Ejército
Argentino y fue Jefe del Departamento 1 – Personal, desde el 1/1/77 al 9/1/81.
Al ser indagado en
Primera Instancia se negó a declarar, y lo mismo hizo ante este Tribunal.
Al llegar al V
Cuerpo llevaba varios años como oficial de Estado Mayor, desde el ’70 había
sido auxiliar del Departamento de Operaciones en el Comando de la Brigada VI de
Neuquén. Había sido Jefe de Inteligencia de ese comando, integrado por ASPITARTE
y PALADINO, quien luego fuera jefe de la SIDE y responsable del CCD
“Automotores ORLETTI”. En el ‘73 pasó al Comando del V Cuerpo, fue jefe de
la División Marco Regional, del
Departamento 2, compartió con ALVAREZ. Hemos visto la documentación de seguimiento
de víctimas en ese período, procedente de ese departamento. En el ‘75 pasa
desde Inteligencia hacia el departamento 1. El 19/2/75 pasa a ser Jefe de la
División potencial humano y personal civil. En el ‘76 tras haber estado
destinado a la Escuela de Guerra, regresa primero como Jefe de Arsenales y
luego la Jefatura del Departamento 1 – Personal. Tenemos dentro del V Cuerpo
una carrera ascendente, continua, y la asignación de responsabilidades cada vez
más encumbrada, una vez desplegada la lucha contra la subversión.
Fue calificado
como vemos en pantalla por quienes le transmitían las órdenes: VILAS, CATUZZI y
ASPITARTE, esa era la cadena de mando. Lo calificaron con el máximo puntaje.
La responsabilidad
fundamental de FANTONI viene a partir de su lugar expectante dentro de la
cadena de mandos, al más alto nivel del Comando. Surge tanto del Consejo de
Defensa 1/75 donde el Ejército asume la responsabilidad primaria en la ofensiva
contra la población; de la Directiva 404/75, y además hay disposiciones
concretas sobre el rol del G1 (tal la denominación del puesto de FANTONI).
El RC330 disponía
que el Estado Mayor asista al Comandante y Segundo Comandante, que el Jefe de
Personal sería el principal miembro del Estado Mayor, y tendría responsabilidad
primaria sobre militares y civiles, amigos y enemigos. Dentro de su ámbito
estaba lo atinente al Consejo de Guerra. El PON 24/75 facultaba a FANTONI como
Jefe de Personal para intervenir en ese ámbito: G1 designaba el lugar de
detención provisorio de las víctimas. Tenemos ahí la injerencia directa,
definía en caso que el primer lugar de detención estuviera colapsado, un lugar
alternativo. Sobre sus víctimas ya vimos el lugar que FANTONI asignaba a los
mismos. Asimismo FANTONI recibiría del jefe de fracción de la fase operativa,
un informe de lo realizado y dispondría el traslado de las víctimas. Por eso
aparece su firma. Ese mismo plan de operaciones disponía que si el Jefe del
Destacamento de Inteligencia disponía el cambio del lugar de alojamiento, el
Jefe de Personal decidiría adonde.
En cuanto a los
efectos secuestrados, robados en los domicilios, ese PON disponía que los
tendría en primer lugar el personal policial, y cuando se efectivizaba el
traslado de la víctima, pasaba a disposición del Departamento 1.
Ese PON decía que
la libertad de las víctimas, dependía del análisis y consideración que no
habría ya causa que justificara la continuación de la detención. El mérito de
esa continuidad pasaba por FANTONI.
Le ordenaba ese
PON que el Destacamento de Inteligencia informaba a Personal sobre el registro
de operaciones.
También el Reglamento de prisioneros de guerra, RC158 en
el punto 2005, dice que el jefe de personal tendría la responsabilidad de
coordinar y supervisar el manejo de prisioneros de guerra y civiles internados,
las víctimas en este juicio caían bajo la decisión de FANTONI. Designar el
lugar donde debía estar alojada importa las condiciones de detención,
determinadas por estos oficiales.
FANTONI tenía
responsabilidad jerárquica por los hechos de sus subordinados: los hechos de
DELME importan la responsabilidad mediata de su superior, quien tenía la
facultad de supervisar, corregir e impartir órdenes a su subordinado.
Lo propio ocurre
no sólo con DELME, sino también con el otro oficial FARIAS BARRERA, quien el
15/12/76 pasó a revistar allí. Vemos que en
esa nota firmada por un subordinado directo de FANTONI, se ordena la
entrega de un detenido. Está dirigida al director de la cárcel: “se entregue al
detenido Mario Rodolfo CRESPO al oficial inspector Jorge Atilio ROSAS.”
FARIAS BARRERA fue
mencionado en el caso PARTNOY, también importa la responsabilidad de FANTONI.
La actuación de
estos oficiales de Personal es idéntica en cada uno de los departamentos
militares del país, relacionada con la disposición de las víctimas a partir de
la información de Inteligencia y la realización de los “cónclaves”: importa
descartar absolutamente que el Estado Mayor del V Cuerpo fuera un órgano
consultivo, sino que era un órgano operativo, que actuaba y tenía injerencia y
participación en cada uno de los hechos. La documentación que ha aparecido en
los archivos secretos de Prefectura, Gendarmería, DIPBA, y la propia de VILAS
da cuenta que el Estado Mayor no fue desplazado por otro Estado Mayor especial,
sino que su tarea fue relevante. No hay ninguna prueba del desplazamiento de estos oficiales encumbrados, a otras
funciones irrelevantes, con las que pretenden deslindar responsabilidades.
Pretenden atribuirse responsabilidades en planificaciones de un supuesto conflicto
con Chile, por ejemplo. Esta documentación prueba lo contrario: que tuvieron
participación relevante en cada uno de los hechos en juzgamiento.
Hay un
acontecimiento que pone de relieve el ámbito de actuación de FANTONI: es una
reunión con ASPITARTE, ALVAREZ, DE PIANO y FANTONI donde se trató el falso
enfrentamiento del 13/4/77 en que fueron ultimados IZURIETA, GIORDANO, ROMERO y
YOTTI. Ese era el ámbito de actuación, además de los Consejos de Guerra
especiales.
Otra de las
facetas relevantes que tenía el Departamento 1-Personal, era la disposición de
los cadáveres que serían llevados a los lugares donde aparecerían, según se ve
en pantalla: Se ve como el Departamento 1 Personal dispone del cadáver de
COUSSEMENT y otro de sexo masculino. Dice que se proceda a dejar constancia
sobre la entrega de cadáveres al nosocomio. La persona era fusilada y luego el
cadáver era entregado por disposición del Departamento 1. También ocurre con
los cadáveres de PERALTA y GARRALDA, como
se ve en pantalla.
Esas disposiciones
son durante el periodo inmediatamente anterior de FANTONI, pero la continuidad
de cargo y actuación, esos dos principios disponen que al asumir la Jefatura,
FANTONI asumió el ámbito de incumbencia de cada uno de los roles.
Referido a los
“cónclaves”, tenemos que eran integrados por los miembros del Estado Mayor
-según lo dicho por MANSUETTO y TEJADA en sus declaraciones- .
En el cónclave 22
referido a Elmo SIERRA se da cuenta de su participación; hemos visto en los casos de MEILAN y otros,
dimos cuenta de conclaves consecutivos. Da cuenta de su presencia en los pasos
sucesivos.
El Departamento 1
se encargó de todo lo concerniente, tanto al traslado de las víctimas, como la
continuidad de la privación ilegal de la libertad; comunicaba también los
ingresos a la UP4, y no el camino inverso según DELME. Aquí vemos otra
documentación el 25/4/77 firmada por FANTONI, ordena la internación en la UP4,
sobre la recepción de SANABRIA y PARTNOY. Le comunica la orden que los
causantes deberán encontrarse incomunicados y no podrán recibir visitas hasta
nueva orden. El cautiverio se produce con continuación en la UP4, FANTONI ordena que las condiciones de
cautiverio continúen fuera de los cuarteles.
Esta orden que
contiene también esta lista firmada por FANTONI, dispone una serie de traslados
a Rawson, conforme las órdenes impartidas por el Comando del V Cuerpo. La
oportunidad del cumplimiento de esa orden sería impartida verbalmente por su
subordinado DELME; así se ve la cadena de
mando.
Estos son
sucintamente los fundamentos de la acusación contra FANTONI: es responsable de
la totalidad de los tormentos de las víctimas en los CCD, que él definió que
debían estar allí, que hizo ejecutar y que controló el cumplimiento de cada una
de esas circunstancias por parte del personal subalterno, directa o
indirectamente.
Una aclaración
para FANTONI y también para BAYON: como Jefes de Departamento son responsables
a nivel de Zona de seguridad (subzonas 51, 52 y 53), son responsables de todas
las operaciones y actividades del Ejército no sólo en Bahía Blanca, sino en
Neuquén, Comodoro Rivadavia.
Ese ámbito de
injerencia da cuenta de la responsabilidad de estos oficiales.
Voy a pasar ahora
a los oficiales de Inteligencia, solicito cinco minutos de cuarto intermedio.
Presidente: se concede
el cuarto intermedio.
Finaliza el cuarto
intermedio.
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