Caso Mónica
MORAN: fue secuestrada el viernes 11/6/76 en el
lugar donde funcionaba el teatro “La Ranchería”. Esa noche MORAN se encontraba
con CLARO, ESCUDERO, TZURKIN y AGUIRRE. Un grupo de unas cinco personas armadas
irrumpió en esa sala ubicada en Rondeau 220, obligaron a los que allí estaban a
tirarse al suelo e interrogaron a las personas quién era Mónica MORAN, una vez
identificada la redujeron y se la llevaron secuestrada, previo apropiarse de
dinero, documentos y bienes personales que había en el lugar. Una vez ingresada
al CCD, su presencia fue acreditada por SEPULVEDA, SEGUEL, MAIDANA, CIFUENTES y
CARENISCO. SEPULVEDA dio cuenta del modo en que fue retirada del CCD para su
fusilamiento: dijo que cuando fue trasladada a la UP4, aproximadamente el 25/6
se enteró por la lectura de un periódico de su muerte en un enfrentamiento, lo
que descartó “por ser totalmente inadmisible”.
SEGUEL relató que
compartió cautiverio con MORAN, y la escuchó hablar con los guardias, quienes
la llamaban por su nombre.
MAIDANA relató un
hecho particular ocurrido en el CCD: durante un interrogatorio a cargo de
CRUCIANI, éste dispuso que trajeran a MORAN para que la reconociera. Si bien
estaba tabicado distinguió la voz de Mónica MORAN, a quien ubicaba de su
militancia en Cutral Có. Esto confirma que estaba secuestrada en ese CCD del Ejército.
El relato de los
testigos corroboró la inmediatez entre el momento en que MORAN estaba cautiva y
la fecha en que su cadáver es presentado públicamente, como producto de un
supuesto enfrentamiento el 24/6/76. Las referencias de los testigos son categóricas
en cuanto a que estaba reducida al cautiverio y que fue retirada por las mismas
fuerzas represivas que la habían secuestrado. El falso enfrentamiento se
produjo en la esquina de Santiago del Estero a la altura del 376 entre las 2:00
y las 3:00 horas.
Se da cuenta de
una publicación donde se habla de cinco extremistas abatidos en Bahía Blanca.
VILAS dijo que la única abatida era MORAN, y que el resto de los que figuraban
como víctimas, se debía a una difusión propia de la actividad psicológica
secreta. El operativo de abatimiento estuvo a cargo de oficiales del V Cuerpo
de Ejército. ´
Corroborando este
accionar exclusivo de fuerzas militares y policiales, el médico FLORES en su
declaración incorporada por lectura, manifestó haberse constituido en ese domicilio
de Santiago del Estero y Nicaragua donde constató la muerte de una persona por
hemorragia interna, agregó no haber percibido la existencia de otros cadáveres,
con lo que queda confirmada esta hipótesis de acción psicológica.
Dictámenes
periciales corroboran que se trató de un homicidio, y también las declaraciones
de los vecinos MILONDO y CASALLI, incorporadas por lectura. Los testigos
refirieron que les había llamado la atención la información suministrada por La
Nueva Provincia, porque al día siguiente no registraron huellas de un tiroteo
entre presuntos oponentes y las FFAA; más aún conociendo que la casa
estaba deshabitada. Esta última
circunstancia la corroboran CORIA y
PERALTA. En la exposición del
caso BOMBARA se da cuenta que desde el 1/1/76 era un domicilio que las FFAA
tenía en su mira, porque allí habían vivido militantes políticos.
Los dictámenes
periciales forenses, incorporados por lectura incluyen los dictámenes de los
miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense quienes concluyeron como
muy poco probable la hipótesis que la víctima haya fallecido como consecuencia
de un enfrentamiento, sino que era coincidente con una muerte por homicidio por
disparos de armas de fuero, efectuados a corta distancia, con la víctima
inmóvil.
INCHAURREGUI
recordó la diligencia pericial practicada sobre MORAN, las lesiones por
proyectil en la zona del tórax, de sentido anteroposterior, absolutamente
incompatible con la hipótesis de un enfrentamiento. Su colega Collins SNOW
añadió que por la rosa de disparos era coherente el supuesto de ejecución de la
víctima. Mariano CASTEX arribó a iguales conclusiones, insistió que MORAN jamás
pudo haber muerto en un enfrentamiento a partir del estudio que él hizo del
cuerpo.
La identidad del
cadáver fue determinada por pericia papiloscópica de TREFFINGUER. Con todo esto
queda demostrado que resulta totalmente incompatible la hipótesis de un
enfrentamiento y se encuentra corroborado con las declaraciones de MINOLDO y
CASSALLI, quienes dieron cuenta de la dispersión de disparos de balas en el
frente e interior del local.
Con el cadáver de
MORAN hay referencias de que fue llevado desde ese lugar a instalaciones del
Hospital de Evacuados 181, antes de ser llevado a la morgue del Hospital
Municipal; se encuentra probado con las declaraciones de BERNARDI, TARANTO y
José Alberto MORÁN.
Las declaraciones
de VILAS al respecto deben ser valoradas con algunos aspectos: en su
indagatoria se puede leer un reconocimiento de la materialidad del hecho, y el
ensayo de VILAS de culpar a MORAN de su propia muerte, es una coartada sin
ningún tipo de sustento. Jamás ocurrió un hecho así en Bahía Blanca, en que una
víctima consigue evadirse de sus captores y resulta ser víctima del accionar de
sus propios compañeros a pocas cuadras del Comando del V Cuerpo. El operativo
estuvo a cargo de Enrique José DEL PINO, quien fue uno de los Jefes del CCD “El
Olimpo”.
Los testigos
AGUIRRE y TSURKIN dieron detalle de las gestiones que realizaron en la
Seccional 2ª de Policía, en el Comando Radioeléctrico. José Alberto MORAN declaró que un oficial de apellido
CIPIO le informó telefónicamente que la víctima se encontraba bajo jurisdicción
del Ejército, en estado de “averiguación”. Más allá de ello la familia no pudo
avanzar hacia otras certezas.
El hermano se
presentó en el V Cuerpo, le dijeron que el cuerpo había sido llevado al
Hospital Militar. Al presentarse le mostraron manchas de sangre en la entrada.
La prueba
documental está integrada por el expte. 1097 y expte. 96 CFABB, legajo CONADEP
3304, y publicaciones del diario Crónica,
La Nueva Provincia, La Nación, Opinión y Clarín. Y en cuanto a la
persecución y tarea de Inteligencia previas, de las que ya era víctima Mónica
MORÁN, podemos ver una ficha de la Policía de la Provincia de Buenos Aires del
año ‘71, ya estaba fichada a partir de su integración a la Asociación Bahiense
de Escritores. También la circulación por Inteligencia de un supuesto hecho de
privación ilegítima de la libertad y robo en Bahía Blanca, se da parte de las
denuncias hechas a partir del caso MORÁN, quien se desempeñaba en un Jardín de
Infantes, que tiene un hermano Teniente de Fragata, quien se hallaría
enemistado con la causante por la vinculación de ésta a elementos
izquierdistas.
Se
acreditó en síntesis que Mónica MORAN fue secuestrada el 11/6/76, trasladada y
mantenida cautiva en el CCD “la escuelita” donde fue torturada, luego retirada
por las mismas fuerzas del CCD para ser fusilada el 24/6/76.
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