Caso
Dora Rita MERCERO – Luis Alberto SOTUYO: ambas víctimas fueron secuestradas el
14 de agosto de 1976 en horas de la noche en un operativo del Vto Cuerpo de
Ejército, al mando de Adel VILAS, el mayor IBARRA y el equipo de lucha contra
la subversión, que integraba entre otros Jorge Anibal MASSON. Irrumpieron en el
domicilio de calle San Lorenzo 740, donde vivían ambos y esa noche estaba
también Roberto Adolfo LORENZO. Según relató TRUJILLO ante este Tribunal fue un
gran operativo militar, habían cercado todo el barrio. Las tres víctimas fueron
llevadas en vehículos particulares al centro cleandestino de detención “la
escuelita” donde fueron sometidos a torturas según declararon los testigos Ma.
Cristina PEDERSEN, Juan Carlos MONGE y Ma. Eugenia FLORES RIQUELME.
PEDERSEN
recordó cómo torturaban salvajemente a MERCERO, y también que SOTUYO estaba muy
golpeado. A MERCERO los guardias la llamaban “la liebre”. En relación a la muerte
y desaparición de estas víctimas, sobre el destino final de Dora Rita MERCERO
los testimonios coinciden en que le aplicaron una inyección y luego la habían
arrojado al mar junto “con “La Corta” IZURIETA y el matrimonio GONZÁLEZ y
JUNQUERA”. Norberto CEVEDIO, conscripto a la fecha de los hechos y que
revistaba en la Asesoría Jurídica del Comando, relató que en una oportunidad y
ante la presencia de familiares de SOTUYO, el sargento primero NIEVAS le dijo
“a ese lo boletié yo”, y se ocultó para no ser visto. Informo al Tribunal que
Alberto Magno NIEVAS está procesado en primera instancia como coautor de este
hecho. Es significativa la presencia militar que hubo en el domicilio luego de
ejecutado el hecho. TRUJILLO dijo que la guardia duró entre 15 a 17 días en la
casa.
Carlos
ZOIA uno de los soldados que fue llevado a hacer esa guardia, relató en este
Tribunal que los llevaron después a los conscriptos del equipo de lucha contra
la subversión, equipo que no solo se ocupaba de montar el operativo este equipo
de lucha, sino que realizaban el allanamiento, secuestraban, los llevaban al
centro clandestino y luego se ocupaban de la custodia de la casa y saqueaban
los bienes. La consigna que dejaban en la vivienda era un oficial a cargo con
cuatro a cinco soldados. Al día siguiente del hecho el diario La Nueva
Provincia, refirió que “abatieron a tres sediciosos” dando difusión a un
comunicado del Vto Cuerpo de Ejército que decía que “tres delincuentes
subversivos” habían intentado escapar del domicilio de San Lorenzo 740, donde
había un gran depósito de armas y explosivos. Esa fue una de las maniobras de
acción psicológica secreta en la que interviene, por ser la actividad
específica, Carlos Alberto TAFFAREL desde el Destacamento de Inteligencia 181.
El propio Adel VILAS dijo en su declaración ante la Cámara de Apelaciones local
que la noticia era falsa, prescripta por el reglamento de operaciones
psicológicas. En cuanto al suplicio familiar declaró ante el Tribunal José
ALOISI, quien relató las búsquedas de los padres de SOTUYO para dar con algún
dato de esos familiares. ALOISI acompañó a Luis SOTUYO y deambularon por el
Juzgado Federal nº 1, presentaron por lo menos seis habeas corpus –todos
rechazados- y esperaban ahí horas enteras para que lo atendiera MADUEÑO, o sus
secretarios SIERRA o GIROTTI, sin haberlo logrado nunca. Fueron al domicilio
del hecho y lo vieron tomado por militares. Fueron al Vto Cuerpo e ingresaron
en el ritual de desgaste y deshumanización que estaba a cargo del Departamento
1 Personal, con DELMÉ: quien “atendía” a los familiares, quien se “encargaba”
de ellos por orden del Jefe de Departamento, Hugo Carlos FANTONI.
Hay documentación judicial y de Inteligencia de este caso: un documento
del 29 de septiembre de 1976 da cuenta del Hábeas corpus interpuesto, donde
VILAS pone a conocimiento del juez que MERCERO de SOTUYO no se encontraba a
disposición del V Cuerpo. Luego VILAS diría que sí, que habían estado, que
ellos habían tomado la casa, pero que entre las personas detenidas ese día, no
estaban por quiénes le consultaban. Esta es la negativa formal, la negativa
material estaba a cargo de DELMÉ. El 4 de octubre de 1976 hay una presentación
de ZUBIRI de MERCERO, los familiares le iban aportando al juez los datos que no
estaban en el expediente, contándole que la familia tenía datos que probaban
que estaba en el V Cuerpo. Que habían notado efectivos del Comando en el
interior de la vivienda. Mientras seguía buscando por su lado, en manos del
juez estaba averiguar a qué tres personas detuvieron los agentes del Ejército
ese día. La madre no lograba que le dieran la certeza de las personas
secuestradas en ese operativo. VILAS responde ese pedido de informes,
diciéndole al juez que identificadas las víctimas del hecho ocurrido en agosto
del 76… ninguna resultó ser Luis SOTUYO ni Dora Rita MERCERO. VILAS le decía al
juez que tenía identificadas a las víctimas, pero no era ninguno de ellos, y el
juez no le pregunta tampoco. Quien detuvo la posibilidad que los padres
conocieran eso: fueron quienes estaban a cargo de la causa, el juez y el
secretario.
Hay
una documentación firmada por la Asesoría Jurídica del Comando del V Cuerpo
-acá ha habido testigos que declararon que la Asesoría Jurídica era ajena a
cualquier trámite relacionado a la lucha contra la subversión- donde consta que
por orden del segundo comandante y Jefe del Estado Mayor del Vto Cuerpo, se
autoriza a los padres de Luis SOTUYO y Dora MERCERO a ingresar y tomar posesión
de la vivienda. Está implícito que ellos, los militares, detentaban el dominio
de esta casa. El ritual de desgaste y deshumanización de DELME fueron
reiteradas. José ALOISI refirió que los familiares vinieron por lo menos 70
veces desde Necochea a Bahía Blanca. En alguno de esos viajes ALOISI fue a ver
a Dante VEGA, quien llegó a decirles que MERCERO y SOTUYO estaban en “La
Escuelita”, pero que estaban bien. Este tránsito fue insoportable. Como relató
el propio Juan Carlos SOTUYO, secuestrado en mayo del 76 y torturado por
CRUCIANI y PAEZ, al recuperar su libertad tuvo que exiliarse y los trámites
judiciales fueron una tortura especial. Presentaron hábeas corpus llegando
incluso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, nunca hubo respuesta
institucional. No hubo repercusión nacional que pudiera indicarles algún dato
de ellos. La persecución política está en la base de estos casos, ya que ellos
están relevados en documentación de Inteligencia agregada a la causa. Luis
SOTUYO se había recibido en septiembre de 1975 como ingeniero
electricista en esta Universidad, no habiendo recibido su título por la
persecución en su contra. El título se lo entregaron a sus hermanos, hace doce
años en esta misma sala, fue el primer título que esta Universidad entregó a un
desaparecido. José ALOISI al declarar dijo en forma muy sentida “no se muere
solamente de una bala; mi suegra murió de tristeza y los padres de mi cuñado
murieron de tristeza. No sé cuál de las dos muertes fue peor, porque nosotros
los vimos a ellos morir así. Le prometí a mi suegra que los iba a encontrar y
no les pude cumplir”. Hasta ese pesar dejan en los allegados de las víctimas.
En síntesis Dora Rita MERCERO y Luis Alberto SOTUYO fueron secuestrados el
14/8/76, llevados al CCD “la escuelita” donde fueron asesinados y sus cuerpos
continúan desaparecidos.
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