doctor CORDOBA (fiscal)
Caso Nélida
Esther DELUCHI: fue secuestrada el 5/8/76 a las
5:30 horas en el domicilio de Pasaje Podestá 1017 de BB, donde vivía junto a su
madre y sus hijas, testigos del secuestro. El grupo de tareas se identificó
como policía, lo cual es una nueva muestra del accionar de las FFAA en el marco
de la Doctrina de Seguridad Nacional. Cinco personas vestidas de civil y armadas.
Una vez que el operativo comenzó ella fue secuestrada y sacada a la fuerza, se
le dijo que iba a declarar a la comisaría, la familia quedó encerrada dentro de
su casa. Una vez subida a un vehículo, la redujeron, le taparon la cabeza con una capucha. Ingresó
a “la escuelita”, la desnudaron, la ataron a una especie de elástico o
camastro, le colocaron una toalla en al boca, comenzaron a interrogarla y
torturarla, le preguntaban por su “nombre de guerra” y la amenazaron con que la
próxima sería una de sus hijas.
Perdió el
conocimiento y al recobrarlo estaba en otra habitación, vendada y atada con una
soga a una cama.
En otra de las
sesiones la interrogaron sobre las actividades de sus compañeros de trabajo en
la Caja de Crédito Bahiense y su participación en grupos de teatro.
El interrogador a
cargo era “el tío” Santiago CRUCIANI del Destacamento de Inteligencia.
Otros
padecimientos sufridos fueron: escuchar a otros torturados, golpes, permaneció
tirada varios días con prohibición de hablar, simulacro de ataque al lugar, con
disparos de arma de fuego.
Dio cuenta ella
que pudo ver por debajo de la venda, que había muchos cautivos tirados en el
piso y en particular vio a una joven embarazada (IZURIETA). Dio cuenta que allí
estaban PEDERSEN y los secuestrados AMAYA y SOLARI IRIGOYEN.
Tras casi un mes
de cautiverio y torturas “el tío” le dijo que la iban a liberar.
Lesiones
gravísimas: a causa de las torturas ella sufrió consecuencias físicas y
psíquicas, resultó con cirugías sobre
riñones y prolapso uterino.
Esas eran las
actividades del Ejército Argentino y del Departamento de Inteligencia: atacar
la corporeidad de sus víctimas y destrozar sus órganos.
La liberación de
DELUCHI fue el 30/8/76 alrededor de las 22:00 horas. El propio CRUCIANI la
llevó a su casa y al día siguiente le llevó su documento.
Durante el
cautiverio había perdido 15 kilos, por las torturas apenas podía caminar.
La hija de Nélida
describió su estado al llegar a su casa. Siguió sujeta una vez liberada, a una
modalidad de tortura sostenida, que consistía en la irrupción en su domicilio
constante, de guardias del CCD que iban a su casa y relataban lo que hacían en
“la escuelita”. “Chamamé” por ejemplo, que fue identificado como Felipe AYALA,
o “zorzal” Arsenio LABAYEN.
“Chamamé” le contó
sobre el secuestro de los chicos de la ENET, lo que tenía una dimensión
especial para ella porque su hija había estudiado allí y a partir de eso tuvo
que esconderse para resguardar su libertad y su vida.
La búsqueda estuvo
a cargo de Claudia GUERIN, su hija de catorce años, quien tuvo que ser “la
madre de su madre” según sus propios dichos.
Fue al comando del
V Cuerpo junto con la madre de Nélida y vio en una lista el nombre de su madre.
Insistió en hablar con ASPITARTE, hasta
que apareció un teniente coronel encargado de dar respuestas a la familia y
acallar los reclamos, quien la maltrató y la sacó del V Cuerpo.
Cuando su madre
había sido liberada, llegó una nota firmada por el Comandante de Zona del V
Cuerpo, quien le informaba que no estaba detenida en ese lugar.
Fueron a la Curia
los familiares de DELUCCHI e insistieron en hablar con MAYER, quien no dio
ningún tipo de respuesta.
Además de los
testimonios de DELUCHI, Claudia GUERIN y PEDERSEN, se incorporó por lectura la
declaración de la madre, VILLAFAÑE.
Con los
certificados médicos se encuentran acreditadas cada una de las circunstancias
traumáticas que persisten hasta el día de hoy, por lo cual no está en
condiciones de prestar declaración testimonial.
Obran documentos
de Inteligencia donde se la ha perseguido luego de ser liberada y la
documentación referida en el caso de FURIA.
Se
encuentra acreditado que Nélida DELUCHI fue secuestrada el 5/8/76 en su
domicilio, estuvo en “la escuelita”, sufrió torturas y lesiones gravísimas,
liberada alrededor del 30/8/76 y luego sometida a un constante tormento con la
presencia periódica de guardias clandestinos en su domicilio.
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