Ferro
(Pte) adelante señor Fiscal.
Córdoba
(Fiscal) Caso Rubén Héctor SAMPINI, los hechos contra esta víctima están
relacionados con los de Juan Carlos CASTILLO, quien a la época del secuestro
era socio comercial de SAMPINI en la explotación de un comercio de venta de
repuestos hidráulicos en calle San Martín. Un mes después del secuestro de
CASTILLO ocurrió el de Héctor SAMPINI. El nexo entre ambos episodios lo declaró
CANOSINI, la madre de SAMPINI enla declaración incorporada por lectura.
Relató que el 21 de julio de 1976, un día antes del secuestro de su hijo, un
grupo de personas armadas y de civil, entraron por la fuerza en ese comercio.
Revisaron el interior, interrogaron al propietario del local acerca de Juan
Carlos CASTILLO y SAMPINI. El vecino le avisó a la víctima quien a su vez se lo
transmitió a su familia. Al otro día, el 22 de julio de 1976, la madre se
presentó con su hijo en el Comando del Vto Cuerpo de Ejército, y no se le
permitió dejar constancia escrita de este suceso. La sociedad comercial entre
CASTILLO y SAMPINI, fue relatada por el padre de la víctima Héctor Rubén.Con la
declaración de la madre, el padre y el hermano, se encuentra acreditada que el
secuestro de Héctor SAMPINI ocurrió en el domicilio de Plunkett 3153 de
Ingeniero White, aproximadamente a las 14:00 horas. La madre fue secuestrada
junto con sus dos hijos por personal de Prefectura. Estuvieron transitoriamente
en un centro clandestino de la Prefectura. Luego fueron trasladados al Vto
Cuerpo. Armando SAMPINI declaró la misma secuencia de hechos. Una vez sacados
del centro clandestino de la Prefectura fueron llevados a la sede del Batallón
de Comunicaciones 181, y la madre relató que luego de un corto paso por el
Comando del Vto Cuerpo fueron llevados a otro lugar, atados con cables,
encapuchados con frazadas y encerrados en un calabozo con otros detenidos.
Armando SAMPINI especificó que en el Batallón fueron encapuchados con mantas del
Ejército, atados de pies y manos y encerrados en una sala. Con estas
declaraciones queda acreditado que el 22 de julio de 1976 Rubén Héctor SAMPINI
fue retirado del calabozo y desde entonces permanece desaparecido. La madre
expresó que cerca de la medianoche de aquel día, su hijo fue retirado, que el
23 de julio le sacaron la capucha y la desataron y la llevaron a otra
habitación donde estaba Estrella MENA, Felicitas BALIÑA y María Cristina
JESSENE.
Es
coincidente esto con lo que declaró MENA, que estuvo con alguien en el centro
clandestino de detención que había sido secuestrado con su madre el día
anterior. Héctor Rubén SAMPINI, padre de la víctima, declaró que el 22 de julio
tomó conocimiento de la violación de domicilio que se estaba haciendo en su casa.
Al trasladarse al lugar fue detenido por personal de prefectura, y al ser
liberado se le informó que su esposa y sus hijos habían sido trasladados al
Comando del Vto. Cuerpo. El padre fue y le negaron en el Comando, que
estuvieran allí. Agregó que el 23 de julio su esposa y su hijo Armando
regresaron. El episodio del secuestro de Rubén Héctor SAMPINI se encuentra
acreditado en la documentación de Inteligencia, en el legajo 6502 mesa “DS”
“Delincuentes subversivos”. Allí obran comunicados e informes que dan cuenta de
la realización de operativos antisubversivos desde el 20 de julio de 1976 y
centran la atención en un procedimiento en General Paz 235 o 237, donde fue
ultimado Pedro Benigno GUTIERREZ, a quien identificaban con el apellido
ESQUIVEL.
Es
un memorando del 23 de julio de 1976. La fuente es la comunidad informativa,
que la dirigía el Jefe del Destacamento 181 en coordinación el
Departamento 2 de Inteligencia, una actividad ligada, integrada, por
alguno de cuyos miembros están acusados, que dirigía TEJADA. Se refiere a
procedimientos del 20 de julio de 1976 donde se informa que Ejército y Brigada
de Investigaciones en esa fecha informa la dirección y el abatimiento de
ESQUIVEL.
El
mismo documento continúa diciendo que el 20 de julio personal de Inteligencia
de Prefectura y Contrainteligencia de Base Naval procedió a allanar la vivienda
ubicada en calle Cabral de Ingeniero White, que no encontraron a quienes
buscaban, aunque esas personas posteriormente fueron aprehendidos por el
Comando Vto Cuerpo.
El
documento sigue con la descripción del caso SAMPINI (Se exhibe la documentación
correspondiente en pantalla de proyección) relata que personal de Prefectura
Naval efectuó un allanamiento en el domicilio de calle Plunkett de Ingeniero
White en que se detuvieron a SAMPINI. Podrían estar vinculados con la célula
ubicada en calle General Paz. Esta relación entre el hecho en que fue ultimado
GUTIERREZ se inscribe en una secuencia de hechos que, en su exposición
cronológica, demuestra el despliegue de operación y logística. Si uno repasa la
secuencia de hechos: el 19 de julio de 1976 fue secuestrada Zulma
MATZKIN; al otro día fue secuestrado Hugo BARZOLA; el 21 de julio fueron
secuestrados AMADO y CAFARO; el mismo día 21 de julio, Mario Manuel TARCHITSKY;
el 22, SAMPINI; el 23 fueron secuestrados Ricardo GARRALDA e IZURIETA; el 24 de
julio allanaron la casa de la madre de Juan Carlos CASTILLO en Capital Federal;
a los dos días, la casa del hermano de CASTILLO en Centenario, provincia de
Neuquén. Todo un despliegue destinado a cercar a estas personas. El 5 de
agosto, secuestraron en Mar del Plata a Cristina Elisa COUSSEMENT y José Luis
PERALTA. A la semana, secuestraron a Ricardo DEL RIO. A la semana, el 13 de
agosto, La Nueva Provincia publicó el abatimiento de cuatro sediciosos en
Sierra de la Ventana. Al otro día, el 14 de agosto fueron secuestrados Luis
SOTUYO, Roberto LORENZO y Rita MERCERO. Tenemos una secuencia de un mes a
partir de la hilvanación de Inteligencia. Esto entre julio y agosto, a los
pocos días, el 4 de septiembre empiezan los fusilamientos. Primero con
CASTILLO, TARCHITSKY, MATZKIN, y FORNASARI en Catriel 321. El 17 de septiembre
el fusilamiento de COUSSEMENT y LORENZO, en la Ruta 33; y al día siguiente
fusilan a José PERALTA y Ricardo GARRALDA. La secuencia que empezó con la labor
de Inteligencia, siguió con el secuestro y terminó con los fusilamientos.
El
secuestro y cautiverio de SAMPINI está acreditado además con las declaraciones
testimoniales de Daniel FONTI y ROSOVICH. FONTI contó que cuando era conscripto
en el Vto Cuerpo, conocía a ROSOVICH, quien era novia de SAMPINI. A partir de
una inquietud que le llevó ella, le preguntó por el paradero de SAMPINI a
CORRES. CORRES le dijo que no se metiera en esos asuntos, porque podría
desaparecer. Le mostró la camioneta en la que había sido secuestrado
CASTILLO, también propiedad de SAMPINI. CORRES le dijo que cambiaba vehículos
periódicamente. Coincide con la declaración de Alberto TARANTO, que esa
camioneta estaba destinada al uso en el centro clandestino “La Escuelita”.
Corrobora
lo expuesto la propia declaración de ROSOVICH, y las gestiones de los padres.
En cuanto a esto último, dijeron haber concurrido en varias ocasiones al
Comando del Vto. Cuerpo y recibieron por respuesta la asunción del hecho, es
decir asumían las autoridades militares que habían secuestrado a su hijo pero
le decían que había sido liberado. Héctor Rubén SAMPINI manifestó que en todas
las ocasiones fueron atendidos por un mayor de apellido DELMÉ, quien en una de
las oportunidades tras consultar un libro, un registro que él tenía, les
informó que su hijo Rubén había sido detenido, pero que ya había sido puesto en
libertad. Los padres presentaron hábeas corpus en el Juzgado Penal 1 y ante el
Juzgado Federal, en el año 78. Dos años después de los hechos los padres
seguían instando. Está en causa 344 Rubén Héctor SAMPINI s/desaparición.
También prueban los hechos el Legajo CONADEP 1604 y con la presentación
de los padres como víctimas en causa 283/05. En conclusión está acreditado que
Rubén Héctor SAMPINI fue secuestrado el 22 de julio de 1976, llevado al
Batallón de comunicaciones 181 junto a su madre y hermano, luego de allí
trasladado a “la escuelita”, desde donde fue ultimado y sus restos continúan
desaparecidos. Voy a hacer una aclaración acerca de la ausencia de los padres
en este juicio. Los padres de SAMPINI viven. En el mismo domicilio, y no han
podido concurrir ante este Tribunal. Hay un informe profesional del Centro de
Protección de los Derechos de la Víctima que da cuenta que siguen severamente
afectados por las secuelas de los años de impunidad y el dolor que viven desde
los hechos, el silenciamiento alrededor de los hechos, con episodios de
angustia, y con desesperanza, por ello sugirieron los profesionales la no concurrencia,
por el riesgo de revictimización sobre ellos.
El
daño en este informe, surge por demás revelador y nos muestra otra de las
realidades de cómo hay familias enteras que ya no reclaman, sino que suplican
saber dónde están los restos de sus hijos. Fuera de eso nada, absolutamente
nada, tiene sentido. A partir de la desesperanza en que cualquier actuación de
ellos pueda tener algún efecto, no pueden concurrir a este Tribunal. Lo que nos
muestra otra de las realidades. Así como hay personas que canalizan este trauma
en la búsqueda, otras, a esta altura, con más de 80 años de edad, comienzan a
asumir que nada tiene sentido fuera del dato que necesitan, la información
sobre los restos de su hijo.
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