miércoles, 14 de noviembre de 2012

Bahía sitiada


Documental sobre los medios y la dictadura en Bahía Blanca realizado por estudiantes de la Escuela Normal Superior en el marco del proyecto “Jóvenes y Memoria” de la Comisión Provincial por la Memoria bonaerense.



“La Nueva Provincia se podía mover como pez en el agua. Lo único que podíamos hacer nosotros era cuidarnos, no sólo por una cuestión de defensa personal sino de (cuidar) las fuentes de trabajo”, recuerda Alberto Mac Dougall, periodista de LU3 Radio Bahía Blanca. “Censura en la música, censura en la publicidad, censura acá y allá, militares armados en la boca de entrada de una radio, eso no se tiene que repetir nunca más, hay que cuidar la democracia”, reflexiona. Lamenta que “nadie movió un dedo por salvar a LU7” en 1978 y recuerda que “tenía un excelente programa a la mañana y era competencia muy fuerte para la contra”, en referencia a la radio de los Massot. “Entonces buscaban la forma para cerrarla. En ese momento no había democracia. Si alguien que tenía influencia decía ‘esto no me gusta’, chau”.

“Jamás” sufrió un acto de censura, asegura Norman Fernández, periodista de LU2 y La Nueva Provincia. “Absoluta libertad”, destaca. “Naturalmente, cada periodista debe saber donde está actuando”, advierte. “Cada uno debe estar imbuido de la línea editorial que tiene una empresa periodística”, confunde diarios con regimientos. “A partir de allí cada uno debe saber cómo actuar, ese detalle es fundamental. El periodista que trabaja en un medio de difusión debe saber adaptarse al lugar donde está escribiendo”, explica pragmático. Admite que trabaja en un diario “de centro derecha o derecha” y asegura que “no se casó ni con el gobierno militar ni con el peronista ni con el radical: cuando veía algo que consideraba positivo, lo elogiaba, y cuando consideró que era negativo, lo censuraba” (sic).

Imágenes del momento histórico en que el juez Jorge Ferro, durante la sentencia del primer juicio a los represores bahienses, ordena investigar la participación de los directivos de La Nueva Provincia en el terrorismo de Estado, y un esténcil que recorre Bahía Blanca: “La Nueva Provincia está manchada con sangre”.

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