14. Jorge Enrique MANSUETTO SWENDSEN:
se trata de un coronel retirado del Ejército Argentino, nacido en agosto de
1931.
En su indagatoria
dijo que era inocente, luego pidió volver a declarar y dijo saberse condenado,
pero solicitó –pese a ser abogado- que sus conductas fueran encuadradas en la
figura de encubrimiento.
En 1948 ingresó al
Colegio Militar; en su promoción egresó en primer lugar.
Se destaca en
todos sus legajos las excepcionales condiciones tanto intelectuales como militares, con estudios y cursos a los que
concurrió como oficial, en Alemania, Bélgica, Italia, España,
Francia.
Antes de estar
destinado a Bahía Blanca fue profesor de la Escuela Superior de Guerra,
especializado en Estrategia general y militar.
En su legajo se le
ha destacado haber puesto esas aptitudes y capacitación, incondicionalmente al
servicio del Ejército. Evidentemente esta incondicionalidad se plasmó también
en su actuación en el Ejército, desde 11/76 en adelante.
El primer destino
que tuvo en Bahía Blanca, fue la Jefatura del Batallón de Comunicaciones, con
el grado de teniente coronel. El asiento en su legajo consigna que es Jefe
desde el 26/11/76. MANSUETTO toma como base para reclamar que se considere la
fecha de 12/76 (lo que es irrelevante) una ficha anexa. La Fiscalía sostiene
que lo que prevalece es el asiento del legajo de servicio, lo principal se
impone sobre lo accesorio.
En el juicio Julio
RUIZ, la víctima sobreviviente, lo identificó dos días antes de esa fecha, el
oficial de alto rango que lo recibió cuando fue trasladado desde “la escuelita”
al Batallón, era MANSUETTO SWENDSEN. La acusación será teniendo en cuenta la
primera fecha en que fue visto, el 24/11/76.
En el legajo se
observa la cadena de mando sobre él, lo califican CATUZZI y ASPITARTE.
Estuvo a cargo de
esa Jefatura hasta 1/79 en que pasó a ser Jefe del Departamento 3-Operaciones.
Un paso imposible para quien dice haber estado absolutamente inactivo en su
Jefatura.
El último destino
que se le daría a un oficial inactivo sería la Jefatura de Operaciones. Es
mentira lo que afirma y es cierto lo que corroboran los elementos de prueba que
serán relevados.
La función de
su Jefatura al frente del Batallón, lo
define su propio cargo y destino: era Jefe del Batallón de Comunicaciones de
Comando 181. Su misión era como dicen los reglamentos, proveer y garantizar las comunicaciones de la GUB y
de ésta con el resto de las unidades, incluso el Batallón.
En la inspección
ocular vimos el cartel, que dice como una frase que se atribuye a San Martín: “Nada
es más importante en tiempos de guerra, que la celeridad en las
comunicaciones”.
El Batallón era
una de las organizaciones esenciales de batalla que hay todavía con asiento en
Bahía Blanca, respondía a las funciones determinadas de combate. En lo que hace
a la etapa ofensiva, ya vimos que era la lucha contra la subversión.
No es posible que
desde el arma de Comunicaciones, siendo la única unidad operativa con asiento
en esta ciudad, se pueda pretender que la jefatura de MANSUETTO hubiera sido
una excepción histórica, el único período en que dicha unidad tuvo un
paréntesis histórico en la actividad del Ejército. Una especialidad central, un
elemento central en toda operatoria militar, es absolutamente inadmisible que
hubiera estado inactivo a la fecha de los hechos, está acreditado lo contrario.
El Batallón estaba
integrado a la Zona V, Subzona 51 y era el asiento del área 511.
El primer punto de
la acusación –que consideramos probado- es que el Jefe del Batallón era a la
vez Jefe del área 511. No había en la ciudad otra unidad que pudiera ser el
asiento de área.
Durante el año ‘76
lo fue TAUBER, Jefe del área 511 y al momento de hacerse cargo MANSUETTO, esa Jefatura continuó. Contenía en su
territorio a todos los centros clandestinos a los que hicieron referencia las
víctimas. El personal del Batallón de Comunicaciones de Comando 181 ejecutaba
operativos también: hemos visto los casos de secuestro de FORNASARI, CASTILLO,
GATICA, SAMPINI desaparece del propio Batallón, había traslado de detenidos de
un CCD a otro como en el caso de MENNA de TURATA, e integraba la comunidad
informativa de Inteligencia.
En el
distribuidor, como unidad de destino en mucho de ellos, figura el Batallón de
Comunicaciones 181, y por el principio de economía de información, no iba a
haber ninguna información secreta, confidencial y sensible en el área de lo que
era la lucha contra la subversión, que no sea comunicada sino a una unidad que
tuviera injerencia y participación en la lucha contra la subversión. Es decir,
la presencia del Batallón de Comunicaciones en esos distribuidores, indica que
había una decidida participación del mismo en esos hechos.
Para acreditar el
segundo punto de la acusación, esta Fiscalía sostiene que MANSUETTO fue Jefe de
Área desde el momento que se hizo cargo del Batallón. Asiste a esta afirmación
el principio de identidad de cargo, es decir, lo que hay no es ya un quiebre
institucional de las jefaturas, no hay ningún indicio. Por el contrario hay
profundización de la actuación del Batallón en la lucha contra la subversión.
Está ejemplificado
en el caso de ESCUDERO, queda comprobada la Jefatura de área a cargo de
MANSUETTO. El domingo a las 20:00 horas, tropas a cargo de MANSUETTO fusilaron
a una persona que no paró el auto cuando lo quisieron detener. MANSUETTO
registró ese hecho al otro día a las 11:40,
muchas horas después. Durante todo ese período el hecho fue dominado y
su conocimiento retenido por MANSUETTO, “para que se proceda a la entrega del
cadáver a sus deudos” y se iniciaran las actuaciones correspondientes. No avisa
a tiempo ni ordena la autopsia, y da la orden
mencionada a Jefatura. La intervención de MANSUETTO en todo ese caso,
desde la planificación y ejecución, el nombramiento de quién estaría a cargo,
da cuenta del pleno dominio del hecho por parte del acusado, determinando las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que debía ocurrir. Incluso fue más
allá, delimitó la intervención judicial: dio orden que se entregara el cadáver,
y nada más.
Luego de ese
hecho, si uno analiza lo que ocurrió, el Comando de Zona emitió un comunicado,
y eso da cuenta del nexo entre la Jefatura de área y la Zona. Resalta la
impunidad con que se manejó, era un dominador absoluto, fue posible que él
ordenara que fuera su tropa, que matara y después se diera cuenta del cadáver y
se pasara a otros hechos.
MANSUETTO dijo que
a ESCUDERO no se lo mató por subversivo ni nada de eso. Treinta y cinco años
después de los hechos, MANSUETTO sigue enfocado a las víctimas, analizando si
era o no subversivo, cuando el acusado es él. Incluso dijo que los podía
reconocer por el aspecto.
En la conducta de
los victimarios está el núcleo, el sentido del Terrorismo de Estado. Lo de las
víctimas ya lo hemos analizado.
Hay principios
elementales de la actuación militar de aplicación ineludible: la planificación
está a cargo de los altos mandos, pero los que ejecutan son los mandos
intermedios, y los que cumplen esas órdenes son los mandos inferiores. Así como
VILAS no precisaba preguntarle a VIDELA qué operativo debía hacer, lo mismo
ocurría con MANSUETTO ante los comandantes; simplemente actuaba en el marco que
tenía como Jefe de Área.
Es revelador que
MANSUETTO, cuando dijo que le dieron la orden de hacer el operativo que terminó
con la muerte de ESCUDERO, no dijo que recibió la orden del Comandante y se la
transmitió al Jefe de Área. Él dice que el Jefe de Área es otro. La Fiscalía
sostiene que el Jefe de Área era él: él dispuso el operativo y lo que había que
hacer.
Recibió la orden,
dispuso los medios; una vez que su tropa ultimó a ESCUDERO fue inmediatamente
anoticiado; él mismo tuvo los detalles
de las circunstancias; se comunicó horas después con un comisaría. Eso es ser
Jefe de Área, lo que hizo grafica la actividad de un Jefe de Área, sino debió
haberse subordinado al Jefe de Área.
El Batallón de
Comunicaciones ejerce esa Jefatura desde el año ‘72, desde que se crearon las
Áreas el Batallón era asiento de ese área.
Luego dijo para
distinguirse del jefe anterior, que él no le hubiera dado golosinas a las
secuestradas. La impronta que le da a su Jefatura no pasa por ese hecho
intrascendente: MANSUETTO no tenía el rango, ni la capacidad, ni hay indicios
siquiera que tuvo la intención de desintegrar al Batallón de la organización
del Ejército, en lo que era su misión primordial. Él afirma que ese
desplazamiento de la Jefatura de Área se produjo espontáneamente, sin saber él
por qué. Pero si uno analiza la orgánica del Batallón, ve que lo que hizo
MANSUETTO fue propio de alguien con el sentido estratégico para el cual estaba
capacitado, que es organizar, atravesar con el eje antisubversivo, cada una de
las secciones incluso que recibió de manos de TAUBER. Esa es la impronta de
MANSUETTO, no haber dado chocolates ni haber favorecido mínimamente las
condiciones de cautiverio de las personas secuestradas. La impronta de
MANSUETTO fue haber modificado la estructura de la unidad que tuvo a cargo, y
haber atravesado cada una de las funciones por el eje antisubversivo.
Ahí vemos la
cadena de mando (exhibe en pantalla), que va desde la Jefatura de Zona V, la
Subzona 51 a
cargo de VILAS, terminando el año ’76, y la Jefatura del Área 511. Luego los
segundos jefes STRIKER y MARGANOFF, ambos procesados por esta misma actuación.
Por debajo la compañía Comando y Servicio y la compañía de Combate que tenía el
plano antisubversivo, al momento de hacerse cargo MANSUETTO. Esto está
graficado en el Libro Histórico del Batallón. En el año ‘77 se mantiene la
misma cadena de mandos. Pero en el Libro Histórico, ya diseñado por MANSUETTO,
vemos en el tercer nivel de jerarquías, que cada compañía tenía a partir de
MANSUETTO, una sección antisubversiva. Propio de un estratega como era
MANSUETTO y fue la impronta que marcó su Jefatura de Área.
Tanto VILAS como
CATUZZI dijeron que MANSUETTO era Jefe de Área 511 y debe ser valorado, porque
ninguno de los dos lograba exculpación alguna al decir esto, al contrario,
quedaban mucho más involucrados.
Voy a hacer
referencia de una circunstancia que pretende esgrimir MANSUETTO para
considerarse ajeno a estos hechos.
En primera
instancia MANSUETTO se presentó con un papel que decía que DE PIANO era Jefe de
Área. Insistió en la Cámara, que lo valoró como sospechoso, que tuviera ese
papel cuando en los allanamientos no fue hallada ninguna documentación. La
Fiscalía coincide con esa apreciación: es un papel inconsistente, no puede ser
considerado una documentación. A este papel se aferró MANSUETTO y con ello
pretende que se lo absuelva y se declare que este proceso no afecta su buen
nombre y honor. Sigue sin decir MANSUETTO de dónde sacó ese papel, cuál fue su
ubicación oficial, dónde está el archivo público. Alguien se lo fabricó para
hacerse una coartada. Pretende que es una “piedra roseta” fundamental con el
que descifra una estructura oculta, que no resolvemos los civiles. A partir de
la organización de MANSUETTO surgieron secciones antisubversivas, con lo que
profundizó el aspecto de lucha contra la subversión de la unidad que le dieron
a cargo.
Esta pertenencia
al Área 511 no consta en su legajo, eso habla de la faz represiva y
clandestina, tampoco consta en los legajos de VILAS o ASPITARTE; era una
orgánica paralela, vinculada estrechamente con la lucha contra la subversión.
La Jefatura de
Área le implicaba la responsabilidad de todo el territorio del área a su cargo.
En cuanto a la
documentación, hice referencia a los distribuidores: en ese documento que
vemos, hay una orden de captura suscripta por PAEZ, y destinada al Batallón de
Comunicaciones 181. Aquí hay otra remitida por el Jefe del Departamento 3 de
Operaciones. Aquí se ve otro documento de similar tenor, que contiene una
nómina de personas a secuestrar.
El carácter
operativo del Área fue confirmado por la Cámara Nacional de Casación Penal en
un fallo reciente, en el fallo que determinó la responsabilidad de los Jefes de
Área de la Capital Federal. Esto confirma la hipótesis de la Fiscalía: el área
implicaba la responsabilidad operativa, complementándose con el equipo de lucha
contra la subversión.
Un cuarto punto de
imputación es que MANSUETTO, según está comprobado, es responsable como autor
mediato de los hechos que sus subordinados consumaron, por el principio de
organización jerárquica y -como vimos-
porque la cadena de mando fue la que determinó la ilegalidad de las
conductas.
MARGANOFF quien
fue su segundo, fue el que trasladaba cautivos a los adolescentes de la ENET.
FREIRE fue Jefe de Operaciones e Inteligencia, estuvo en el operativo en que
mataron a ESCUDERO.
FREIRE según
MANSUETTO era un inepto, que no podía tener mucho despliegue operativo porque
era un inepto. Sin embargo lo calificó con 100/100 y pidió además que FREIRE
permaneciera en el mismo destino.
Destaco que en su
indagatoria, MANSUETTO admitió que tenía 30 secuestrados en el Batallón al
asumir el mando y dijo que los tenía que buscar. Eso es absolutamente
inverosímil, como Jefe de la unidad, habría llamado al Jefe de operaciones o
Inteligencia y le hubiera ordenado que le informe. Hemos visto que los
calabozos estaban debajo de sus oficinas, hacían innecesario la tarea empírica
de buscarlos, eran cautivos que tenía que esquivar para llegar a su oficina.
En cuanto a la
asociación ilícita, él dijo que al asumir sabía de las desapariciones y luego
como vimos, incluso adecuó esa estructura a lo antisubversivo. El acto de
asunción de la Jefatura de Área, es el acto formal con el que integró esa
asociación ilícita, junto con VILAS y ASPITARTE. Ese acuerdo delictivo fue
imprescindible para sumarse al estamento operativo.
La pretensión que
el Batallón estaba en condiciones deplorables, está rebatida. Es la asunción de
la principal unidad operativa con asiento en Bahía Blanca y la principal misión
del Ejército en la dictadura. No es lo pretendido que MANSUETTO era Jefe de una
unidad ociosa, siendo luego ascendido a Jefe de Operaciones.
Hay que considerar
las calificaciones elogiosas que tiene en su legajo, por su desempeño.
Dijo “no me
faltaba rango para plantarme ante un general”, es insostenible que el
pretendiera desconocer lo que hacían sus subordinados, lo que no sólo era su
deber sino también la impronta de su mando, que llegaba incluso a imponerse a
sus superiores.
Respecto a que
quiso entrar al CCD y no lo dejaron según declaró, TARANTO dijo que eso no era
posible. IBARRA lo ratificó.
El dijo que desde
mayo del ‘76 sabía de las desapariciones. Siguió destinado a Bahía Blanca. Hay un expediente del año ‘84 PARTNOY
denunció la existencia de “la escuelita”. MANSUETTO recibió esa denuncia y se
la giró a quien él calificó como “un oficial de pocas luces”: IBARRA. Lo calificó
como una denuncia anónima de la supuesta existencia de un CCD. IBARRA luego
pide recortes a La Nueva Provincia, donde surgen hechos que él mismo IBARRA
había consumado. En lugar de ser una investigación, se transformó en una
especie de álbum de recuerdos, donde colectaban los operativos que ellos mismos
habían hecho, el Jefe de Área y el Jefe del equipo de lucha contra la
subversión.
Hay un agravante
más, el día que MANSUETTO dijo que pretendió entrar a la escuelita, PARTNOY
estaba ahí adentro. Cuando recibió la denuncia de la existencia del CCD, el
trámite que le dio da cuenta de la voluntad constante que tuvo de impedir el
desarrollo de cualquier proceso de justicia, que lo iba a involucrar.
También es claro y
está en la causa, las actas de la CONADEP, que va a los terrenos del V Cuerpo y
lo recibe el Jefe que en ese entonces era MANSUETTO, y los pasea por todo el
ámbito sin mostrarles absolutamente nada.
Hay referencias de
la actuación en el caso de Dora CASTILLA,
lo llaman a MANSUETTO para que interceda por su libertad e integridad,
se comunicó inmediatamente y dijo que esa personas estaba detenida, en
determinadas condiciones, y no dijo “que lo llamen a DE PIANO”. Asumió
nuevamente las conductas de un Jefe de Área que dominaba los hechos.
Está claro que
MANSUETTO empezó negando los hechos de la ENET, luego admite haberlos visto,
más allá del contacto visual lo cierto es que él como Jefe de Área, tenía pleno
conocimiento y dominio de la situación. Los testigos ZOCCALLI, LOPEZ, VOITCUK,
PETERSEN fueron contestes en afirmar que fueron interrogados, vendados, en el
primer piso del Batallón. Allí están ubicadas las oficinas del Jefe de la
unidad.
Tampoco voy a
pasar por alto que el capellán del Batallón, Aldo VARA, fue observado por estas
víctimas, tanto en el CCD así como en el Batallón atendiendo a los padres, lo
que da cuenta del compromiso que tenía con esta empresa criminal que encabezaba
el Ejército Argentino.
Su responsabilidad
pasa por la asignación jerárquica, la asignación de recursos a la empresa
militar, contaba con todos los medios, disponía de tropa, equipos y municiones,
equipamiento de comunicaciones para operar y reforzar operativos que hiciera el
Comando del V Cuerpo y en el caso de las órdenes que ha impartido, las mismas
fueron dadas en el marco de la lucha contra la subversión y fueron también,
absolutamente ilegales.
Por lo expuesto
debe ser condenado.
Ya finalizando,
voy a hacer mención al testimonio de
SCAGNETTI, esposa de RIVERA, que pasó por los CCD del área y ultimado en
12/76. La fiscalía le preguntó si conocía a MANSUETTO y dijo que sí, lo
ubicó en reuniones en el hotel Austral. En esas reuniones (declaró la
testigo), veían una persona pálida y le decían “¿estuviste en la escuelita?”.
Menciono que el propietario del hotel Austral
fue mencionado por PAEZ como miembro de una red de espionaje del Destacamento
de Inteligencia 181. Referencias que están lejos de avalar el desconocimiento
que pretende esgrimir MANSUETTO, había una referencia en tono de burla.
La acusación ya
está para la Fiscalía, sustentada en cada uno de sus aspectos. Tanto el
sustento temporal, como espacial y el modo de ejecutar los hechos son
incriminatorios para MANSUETTO.
El modo: por haber
contribuido a la faz ejecutiva de los hechos, asegurando la efectividad de cada
uno de los operativos.
El aspecto
temporal: porque los hechos fueron ejecutados durante el ejercicio de su
Jefatura.
El aspecto
espacial: los hechos fueron ejecutados en el ámbito espacial de su Jefatura.
Por lo tanto se
pedirá su condena, por haber emitido órdenes y transmitido las mismas a sus
subordinados, en el marco del plan general de exterminio; por producir
liberaciones de área, donde ocurrían los secuestros y falsos enfrentamientos;
por haber asignado el material y personal hacia los operativos; por haber sido
el responsable en tanto Jefe del Área 511, de los centros clandestinos de
detención, organizados incluso alguno de ellos en el propio Batallón; y también
responsable como autor de la asociación ilícita por el que fuera acusado y
procesado en la instrucción.
Finalmente MANSUETTO
dijo ante el Tribunal en su última declaración indagatoria, algo en lo que la
Fiscalía coincide: “se que estoy condenado”. Esta Fiscalía ignora si lo dijo
como una revelación o una conclusión propia. Para esta Fiscalía es la
consecuencia necesaria del cúmulo de fundamentos y pruebas que se han
producido, que determinan la condena de este alto oficial del Ejército
Argentino.
Presidente: El Tribunal va
a hacer un cuarto intermedio hasta mañana a las 9:00 horas.
Se levanta la
sesión.
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