Por Diego Martínez
El coronel retirado Jorge Igounet, ex edecán del
presidente Carlos Menem, recuperó la libertad luego de un mes preso por
participar en 1978 de una parodia de juicio destinada a blanquear en la cárcel
de Bahía Blanca a un secuestrado que llevaba quince meses en La Escuelita, el
centro clandestino del Cuerpo V de Ejército. Designado "defensor" de
un militante montonero que según el montaje militar se había entregado
voluntariamente "para pagar su deuda", el entonces teniente primero
Igounet le advirtió que no se hiciera ilusiones porque "el juicio ya está
decidido". Luego renegó ante el "Consejo de Guerra" por la
"difícil misión" que implicaba defender a un "delincuente
subversivo", pidió que se lo condene a la pena mínima por el "sincero
arrepentimiento" de quien era torturado desde hacía más de un año y con
quien aseguró no haber hablado, y no apeló la sentencia a veinte años de
prisión. El juez Santiago Martínez (foto) coincidió con los fiscales en que el proceso
era "una pantalla para legalizar una detención ilegal" pero dictó la
falta de mérito de Igounet por suponer que "difícilmente conociera lo
padecido por la víctima". Justificó que no hubiera preguntado por el
motivo del "arrepentimiento" y la supuesta entrega voluntaria ante el
enemigo en que el proceso se hizo "respetando la normativa y
reglamentación vigente". Agregó comprensivo que Igounet no podía negarse a
actuar de defensor porque "podía ser sancionado", calificó su labor
en el simulacro como "positiva y oportuna", y concluyó que "las
omisiones en las que pudo haber incurrido" no son reprochables a "un
lego", pese a que Igounet no sólo era militar sino también abogado. Los
fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani, al apelar la falta de mérito,
consideraron que la decisión del juez legitima la teoría de la obediencia
debida y manifestaron su preocupación por la "reedición de arcaicas y
vetustas posturas de justificación de lo hecho por un Estado terrorista"
por parte de Martínez, el mismo juez que se niega a indagar por delitos de lesa
humanidad al ex capellán militar Aldo Vara y al dueño del diario La Nueva
Provincia, Vicente Massot. El ex edecán Igounet dejó la cárcel de Marcos Paz y
volvió a su piso 13 en avenida Libertador 5952, aunque tiene prohibido salir
del país. Su futuro, igual que el de Vara & Massot, está ahora en manos de
la Cámara Federal de Bahía Blanca.
Igounet, con uniforme, en sus tiempos de edecán presidencial. |
Igounet (al fondo a la derecha) en sus tiempos de edecán. |
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