Por Diego Martínez
El comisario Félix Alejandro Alais, ex miembro de la
Triple A y torturador de profesores de la Universidad Nacional del Sur de Bahía
Blanca, falleció ayer a los 70 años en el penal de Marcos Paz.
Ya en 1974 el escritor Rodolfo Walsh dejó constancia de
la participación de Alais en la Triple A, dato que ratificó en 1983 el ex
inspector Rodolfo Peregrino Fernández, ayudante de Albano Harguindeguy, quien lo
ubicó como miembro del estado mayor del “grupo Villar” de esa banda criminal y
lo señaló entre los asesinos del abogado Rodolfo Ortega Peña el 31 de julio de
1974.
Alais, alias “El Oso”, era cuñado del general Carlos
Guillermo Suárez Mason, comandante del Cuerpo V de Ejército durante 1975 y del
Primer Cuerpo en 1976, y hermano de Ernesto Alais, el general al que Alfonsín
le ordenó sin suerte reprimir el levantamiento carapintada en 1987.
Después del golpe de Estado, como segundo jefe de la delegación
bahiense de la Policía Federal, Alais tuvo un rol protagónico en la parodia de
juicio por “infiltración ideológica marxista” a los profesores de la UNS, que
en su mayoría habían tenido que abandonar la ciudad el año anterior. El 4 de
agosto de 1976, en una célebre conferencia de prensa junto al general Adel
Vilas, al interventor de la UNS capitán Raúl González y al juez federal
Guillermo Madueño, Alais se explayó sobre el proceso que había convertido a la
UNS en una “usina subversiva”. Su firma consta en las órdenes de detención de
los académicos, que se concretarían en distintos puntos del país, y él mismo se
encargaría de torturarlos a medida que llegaban a la delegación de calle Rondeau.
En las actas escribía que todos realizaban “manifestaciones espontáneas” y
declaraban “en el uso de sus facultades plenas psíquicas y físicas”.
El 4 de septiembre de 1976, tras el fusilamiento de Pablo
Fornasari, Juan Carlos Castillo, Manuel Tarchitzky y Zulma Matzkin, antes
secuestrados y torturados en el centro clandestino La Escuelita, Alais también
hizo constar en el acta del tiroteo fraguado que “fueron atacadas las fuerzas
del orden por los muertos” (sic).
En el invierno de 1976 un grupo de suboficiales bajo su
mando fueron detenidos por la policía de La Pampa por robar a campesinos, a
quienes además ataban y castigaban. En sus declaraciones dijeron que se
dedicaban a hacer “operativos antisubversivos” por orden de Alais. Informes de
inteligencia de la época lo ubican en reuniones nocturnas con el juez Madueño y
a las trompadas, borracho, en distintos cabarets de la ciudad.
Ya en democracia formó con otros ex comisarios de la
Triple A la empresa de seguridad Escorpio SA y más tarde Fast, que en 2004 ganó
una licitación para brindar seguridad en el rectorado de la UBA. Un gremialista
lo escuchó presentarse como “comisario Alais”, investigó su prontuario, lo
denunció y el rectorado revocó la adjudicación. Cuando la noticia trascendió
varios camaradas pusieron sus empresas a nombre de esposas y yernos. En Bahía
Blanca otra empresa suya prestó servicios hasta 2007 en el departamento de
agronomía de la UNS.
El 31 de agosto de 2011, tras reiterados pedidos del
fiscal federal Abel Córdoba, el entonces juez Alcindo Alvarez Canale libró su
orden de detención, que se concretó el 12 de septiembre, cuando intentaba escaparse
al Paraguay.
El juez lo procesó paradójicamente junto a Hugo
Mario Sierra, el ex secretario de Madueño que entre 1976 y 1977 tomó cientos de
testimonios a estudiantes de la UNS para justificar los procesamientos de los
profesores, que años después terminarían sobreseídos.
Alais murió procesado con prisión preventiva pero sin
condena.
LAMENTABLEMENTE EL INFIERNO ES UNA INVENCION CONTRARIA A LA REALIDAD Y YO NO CREO EN LA JUSTICIA DIVINA. LO QUE NO SE PAGA EN LA VIDA LOS MUERTOS NO TIENEN NI TARJETA DE CREDITO Y NO EXISTEN ATAUD CON CHEQUERA INCORPORADA
ResponderEliminarme viene la imagen de mi maestro en la carrera de Economia, en la UNS, Doctor Horacion Ciafardini, quien sufrio siete largos años de carcel en Rawson y a su liberacion, ya en democracia despliega una lucha para ser reincorporado a la UBA con la ingratitud de las autoridades, el dia que logra su objetivo, fallece en plena calle por un infarto masivo, camino a la Facultad.Hubo un un gran movimiento internacional por su libertad particularmente del PEN CLUB, y se nego a pedir la opcion para salir del pais, consecuente con su posicion de quedarse denunciando que los subersivos eran quienes lo habian puesto tras la rejas.-
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