Mayo
de 1973: La Nueva Provincia pide “proceder sin contemplaciones”. 24 de marzo de
1976: “Llegó el momento”, la hora de “la violencia ordenadora”. La lógica
sacrificial de las FFAA, propia del mesianismo. Instituciones públicas a la
clandestinidad: crímenes sin criminales. El poder ramificado que sigue vigente.
Impunidad biológica: Azpitarte, Catuzzi, Vilas, Ibarra, Cruciani, Corres,
Streich, Losardo, Tauber, Núñez, Gozález, Scarnati Almada, Madueño, Ogñenovich
y Mayer. Los prófugos García Moreno y Alvarez. Quién es quién de los 17
imputados. El silencio como prolongación de la tortura. El pedido de Martín
Fresneda: “Nacimos de esos huesos y necesitamos abrazarlos de nuevo”. La exhortación
a romper el pacto de silencio. La valentía de los testigos, su entidad ética, y
la confianza en el poder judicial. Julio de 1976: LNP pide juicios sumarios y
pena de muerte. “Son unos cagones, no quieren fusilar”. 35 años después, el “problema
futuro” de los Massot se hace realidad realidad: la hora de la justicia.
-Presidente (Dr. Jorge Ferro): Sr. Fiscal
adelante.
-Fiscalía (Dr. Abel Córdoba): Muchas
gracias.
Voy a empezar el alegato de la fiscalía reproduciendo los
términos de una pregunta que servirá para comprender algunos aspectos del
sórdido contexto local del terrorismo de estado y también la absoluta impunidad
con la que actuaron estos ejecutores, a partir del accionar de las agencias de
legitimación discursiva que operaban en ese entonces.
La pregunta con la que comienzo el alegato tiene estos
términos: “¿Qué esperan nuestros hombres
de armas para reconocer que la argentina vive un clima de guerra interna y para
proceder en consecuencia sin contemplaciones ni concesiones? Esta pregunta la
formulo el diario La Nueva Provincia en mayo de 1973.
Es decir, esta pregunta que cuestionaba qué esperaban para
reconocer que había un clima de guerra interna, ya instalaba la ficción en el
año 73 de que aquí se vivía una guerra. Es
una ficción que todavía hemos tenido que escuchar de los imputados en su
intento de justificar estos crímenes gravísimos por los que se los imputa,
y fue formulada en mayo del 73, es decir, a dos meses de las elecciones que
habían llevado al gobierno a Héctor Cámpora, y a 3 semanas antes de que
asumiera. Es decir, tras 7 años de gobiernos militares ya entonces el diario
LNP que por entonces era y como sigue siendo la usina ideológica de esta ciudad, monopolizando los medios de
comunicación, gráficos, radiales y televisivos, lo que le reclamaba a las FFAA
integrada por muchos de los acusados aquí presentes es que procedan, y ese
reclamo de proceder sin contemplaciones ni concesiones lo vieron concretado. Y las FFAA, estos oficiales y suboficiales
que aquí acuso procedieron de ese modo, no tuvieron contemplación absolutamente
de nada.
Tiempo después, el 24
de marzo de 1976 el diario de los MASSOT titulo; “Llegó el momento”, y
entonces le indico a estos ejecutores el modo en que tenían que hacerlo, el
modo en que tenían que proceder, en estos términos: “Nada de rodeos, ha llegado el momento de abandonar el profesionalismo
aséptico y establecer la primera distinción fundamental en una política revolucionaria,
distinguir el amigo del enemigo, y a la violencia destructora y asesina
hay que responderle con una violencia ordenadora”. Es decir, esa
frase que fue tomada por estos ejecutores, no es el producto de una represión
improvisada, es el producto de una represión planificada, sistemática, que aun
cuando fue implacable, estuvo reglamentada años antes de su propia ejecución y
que fue intencionalmente dirigida hacia algunas personas, militantes sociales y
políticos básicamente, a partir del cerco que establecía sobre ellos la
actividad de inteligencia. En esa misma edición del 24 de marzo, LNP les indico
también el objetivo de esa violencia. A quienes tenían que aniquilar, y dijo:
“Al aparato subversivo, al sacerdocio tercermundista, a la corrupción sindical,
a los partidos políticos” y siguió con la numeración plasmando lo que fue el
plan del ejercito, lo que fueron las ordenes de aniquilación previas plasmadas
por las FFAA, y advirtió por ultimo que: “A esos enemigos, al aparato
subversivo, se los iba a destruir allí
donde se encuentren, sabiendo que sobre la sangre redentora debe alzarse una
segunda republica” Y ahí entonces tenemos otro de los componentes de estos
hechos, que es la lógica sacrificial,
es decir; establecían la necesidad de matar. Esa lógica de que cualquier fundación sobre lo que había iba
a ser sobre la muerte, sobre la muerte de los otros, sus enemigos obviamente. Y
esa lógica sacrificial es propia del mesianismo que los hacía sentir intérpretes
incluso de un plan divino. Es conocida la frase de VILAS, e incluso de
otros ideólogos de la represión que hablan de que oponentes y enemigos eran
aquellos que se oponían al “Plan de Dios
en la Tierra”. Ese fue el mesianismo desde el cual actuaron estos acusados.
A partir de entonces es cuando las FFAA actuaron cumpliendo su rol favorito,
ellos se consideraron la reserva moral de la patria, y en nombre de ella
mataban para ello en un rol autoimpuesto, impuesto a fuerza de fuego y sangre,
en un rol de refundadores.
Pensemos que históricamente las FFAA llegaron a esta geografía como parte de una ofensiva militar
contra los pueblos originarios, han establecido el control social durante toda
su historia. El golpe de Estado de 1955 fue gestado en esta ciudad, pero
llegaron a convertirse en la época en que sucedieron estos hechos, en el
ejército de ocupación de su propio territorio, a partir de la aplicación de la
doctrina francesa, y lo más grave fue que pasaron
a la clandestinidad a instituciones públicas, para cometer desde esa
clandestinidad los crímenes más atroces que hemos escuchado durante un año
en estas audiencias. En esos elementos está la configuración más precisa del
terrorismo de estado, por un lado las instituciones públicas pasadas a la
clandestinidad y por otro lado el instrumento
de esa clandestinidad; el terror, el crimen.
El crimen fue el instrumento del terrorismo de estado que
llevaron adelante estos acusados, y para generar el terror que provocaron en la
sociedad, y directamente en las victimas y en toda la sociedad no usaron solo
la propaganda o complotaron solo con las agencias discursivas, sino que
mataron. El instrumento del terror de estos acusados fue la muerte, la
eliminación para aterrorizar. Mataron, desaparecieron y fusilaron. Se
apropiaron de los hijos de los enemigos, llegaron a eso. Las conductas que han
cometido en ese rol clandestino y criminal están en las más graves conductas
que se puedan concebir y que haya hecho una persona alguna vez. Arrancaron identidades, referencias,
vínculos, dejaron a padres sin los hijos, se los arrancaron. Lo mismo a hijos
sin los padres.
En esta misma sala estuvo testimoniando Adriana METZ y nos
conto algo de sus vivencias, que apenas nosotros podemos imaginar. Y en
referencia a este tema dijo: “Fui hija
de mama y papa hasta que los secuestraron. Después pase a ser hija de
desaparecidos” Esa frase es el ejemplo de cómo una persona, en este caso,
una víctima dejó de tener relación filial. Dejó
de ser hija de alguien, pasó a ser la hija del resultado de un crimen estatal.
Entre ella y los padres quedo instalada para siempre, hasta hoy, y lo que resta
de su vida, la decisión macabra de arrancar a sus padres de la vida. La misma
Adriana METZ nos contó sus vivencias cuando fue madre ella y como veía a sus
amigas, que también lo habían sido, recurrir a sus madres para saber qué hacer
con sus hijos, como cuidarlos, que hacer en los instantes más cotidianos,
incluso en los críticos, que van desde la duda de qué hacer con un hijo cuando
es recién nacido, como tenerlo. Y dijo: “Yo no tenía a quien recurrir. A alguien se le ocurrió que mi mama no
tenía que estar en este mundo. A alguien se le ocurrió que no tenía que
estar viva”
La fiscalía está acusando en este juicio a algunos de los
responsables, a algunas de esas personas que se les ocurrió que había gente que
tenía que dejar de vivir, y que a partir de ello había gente que iba a vivir
sin sus padres, sin los hermanos, sin los hijos.
Ese
arrancar, esa desaparición también produjo una suerte de desaparición, de
dilución de los autores, se diluyeron atrás de la impunidad.
Y este juicio si bien no va a poder revertir el hecho irreversible que es la
muerte y la desaparición, tendrá la oportunidad de revertir la impunidad
insoportable en la que han transcurrido 36 años de su vida estos autores. Esa
impunidad es reversible con una decisión judicial que vamos a solicitar al
final del alegato.
En otra de las dimensiones también graves, si uno evalúa lo
que significan los hechos criminales antes y después de las conductas de estos
autores, lo mismo en que se puede concluir es que hay hasta definiciones como
la de sadismo, crueldad, que significan
otra cosa después de la conductas de estas personas.
Llegaron hasta oscurecer la historia. Una historia que no era
pacífica tampoco, no estaba exenta de crímenes, ni de crímenes masivos tampoco,
y ha sido dicho: si algún circulo le
faltaba al infierno dantesco estas personas lo completaron, lo crearon, lo
planificaron y lo ejecutaron. Y es así como tenemos todavía miles de
ciudadanos argentinos que siguen viviendo con las secuelas de esos hechos.
En otro plano, voy a adelantar las conclusiones de este
alegato. Los 94 hechos que estamos juzgando la fiscalía los considera probados
a cada uno de ellos, en cada una de las circunstancias en las que se acusado,
es decir la misma circunstancia en espacio, tiempo y modo de ejecución. Y en
cuanto a los acusados también tenemos por demostrada su responsabilidad
criminal en cada uno de los hechos.
Es un juzgamiento, vuelvo a las víctimas, abarcativo, hemos
escuchado, se ha producido prueba y se juzgaran; 31 secuestros, tormentos y
cautiverios en CCD, 21 secuestros, tormentos y cautiverios en CCD y luego en
cárceles. 2 abandonos de personas, 2 nacimientos en cautiverios y luego
apropiación, 12 desapariciones, 4 fusilamientos sin cautiverio previo y 22
homicidios sin cautiverios, es decir un total de 38 homicidios ejecutados esos
homicidios en el lapso de 1 año. Hoy se cumple 1 año del inicio de este juicio,
pensemos en que desde que empezamos con la primera audiencia hasta ahora hay 38
homicidios, y estos son apenas un pequeño porcentaje de todos los hechos, esto
es lo que conforma el objeto procesal, pero eso nos da alguna dimensión lo que
fueron las masacres que ejecutaron estas personas. Esta también probado que estos 17 acusados, que son un número
representativo, formaron parte y forman todavía de un poder ramificado que no
está entre los acusados en este juicio y probablemente no lo esté. Es un poder
ramificado en la cual ellos son una parte, pero es un poder que sigue vigente
y que contribuyó decididamente a que estos hechos se cometieran. Decía que
estos 17 acusados son apenas un puñado
de los varios centenares que actuaron en esta misma jurisdicción y de los miles
que secuestraron y torturaron en todo el país.
Es notoria la ausencia en esta sala de GARCIA MORENO, quien
se fugó al momento en que el tribunal dispuso el inicio de las audiencias y 30
años que han transcurrido desde el retorno a la democracia, que es cuando se
pudo haber tenido alguna esperanza en el juzgamiento explican la impunidad
biológica, la ausencia de alguno de los jerarcas locales del terrorismo de
estado, me refiero a quienes comandaron la zona V de seguridad; Osvaldo
AZPITARTE Y CATUZZI. También la ausencia de represores tristemente célebres
como Emilio IBARRA, jefe del equipo de lucha contra la subversión, del
suboficial Santiago CRUCIANI, jefe del CCD La Escuelita, de Julián CORRES que
murió durante el desarrollo de estas audiencias y en el caso de CORRES al haber
muerto durante estas audiencias, cuando ya estábamos escuchando a las víctimas,
es notorio en ese caso como un ser tan insignificante, una personalidad
sostenida en alguna trama obviamente miserable porque no cabe concluir otra
cosa, pudo ocasionar tanto daño, fue esa persona determinante del sufrimiento
que padece y va a padecer siempre Patricia CHABAT y muchos testigos que no
pueden venir a declarar por las secuelas que les dejó. Pensemos también en
TARCHITZKY a quien tuvo bajo sus manos. A Oscar MEILAN por ejemplo, que
escuchaba al “Tío” decirle “dale Laucha, dale picana nomas”. Son hechos
traumáticos que han marcado sus vidas, y así con infinidad de personas,
desaparecidos. Esa explicación de cómo un ser tan insignificante puede producir
tanto daño está, quizás si CORRES no hubiera sido oficial del ejército, hubiera
cometido algún crimen quizás o no, pero menor. La diferencia está en que formo
parte del Ejercito Argentino, que en esos años se había convertido en una
máquina de matar. La pertenencia y la actuación en esa máquina de matar
es lo que le da capacidad de daño a un a seres insignificantes como CORRES.
También faltan en este juicios Jorge STREICH que era uno de
los médicos del CCD, el torturador Antonio LOSARDO, el jefe de área de la
primer parte del año 1976 Argentino TAUBER, es muy larga la lista de quienes
debieron ser juzgados antes de su muerte, y también señalo que esa impunidad
biológica estuvo favorecida tanto por la lentitud como la incompetencia del
poder judicial en primera instancia local para tramitar con decisión estas
causas. Tampoco voy a obviar a Leonardo NUÑEZ, otro de los responsables del
enlace de los centros clandestinos de detención y la cárcel y los oficiales de
inteligencia GONZALEZ, SCARNATI ALMADA, MADUEÑO también, el juez federal que
participaba de las sesiones de tortura, y los referentes de la Iglesia Emilio
OGÑENOVICH y Jorge MAYER, quienes también deberían haber sido juzgados por sus
responsabilidades en estos hechos, además claro esta de Adel VILAS, pionero del
terrorismo de estado que llego a Bahía Blanca con la misión especial de
“extirpar la infiltración marxista” en esta universidad, y desde allí arraso
con toda la ciudad, él y las FFAA, con todo el sector de la población que él
creía que se oponía al plan de las FFAA que era igual al divino. Y decía que no
quedan dudas de las responsabilidades de estos acusados y sólo es un repaso de
algunas conductas de cada uno de ellos nos puede ilustrar claramente de que hay
un núcleo de prueba producido en este debate que determina, no solo el sentido
de la acusación, sino también el que tendrá que tener la sentencia.
Acá está acusado Andrés Reynaldo MIRAGLIA, por ejemplo, quien
hizo de la cárcel que dirigía un anexo del CCD. Los torturadores de La
Escuelita, mientras MIRAGLIA estaba a cargo de la Unidad IV interrogaban o en
la Escuelita o en la Unidad IV que él dirigía. Es indudable, a partir de ahí,
después veremos otras razones para determinare su responsabilidad.
Hugo Jorge DELMÉ, quien está sentado a su lado era el encargo
desde su jefatura de División Registro y Enlace, que como parte del plan
sistemático de desalentar, interrogar y humillar a los familiares en su reclamo
desesperado y arriesgado, aun estando ante él, a reclamar por sus familiares.
Hasta que les daba tanto miedo y no podían ir más, ya que empezaban a correr
riesgos sus vidas. Y desde esa función represiva donde obviamente, el jefe de
registro y enlace era el que aparecía con las listas de quién estaba en el
centro clandestino, quien no, a quien habían matado, a quien iban a liberar o
quien iban a pasar al CCD.
SELAYA, quien está sentado a la derecha. Hay una acción que
fue descripta aquí por el psiquiatra de la cárcel convocado por SELAYA a la
dirección de la cárcel, y entonces estaba SELAYA, lo describió bien GARCIA
MEDINA, con una escopeta, un detenido tirado en el piso y le ponía la escopeta
en la boca delante de un chico de 10 años, aproximadamente. Ese es, creo, un
indicador suficiente del perfil de la dirección de SELAYA a cargo de la Unidad
IV, además claro está que, a diferencia de los que hacia MIRAGLIA que dejaba
entrar y coordinaba los interrogatorios dentro de la cárcel, SELAYA hacia
distinto, dejaba que se los llevaran. Ha estado acá la victima JULIA que dijo
que mientras estaba detenida en la unidad IV fue llevada a La Escuelita
nuevamente y después reingresa. Eso también documentado.
Jorge MANSUETO SWENSEN jefe de área desde el 26 de noviembre
de 1976, responsable de los secuestros ejecutados en esa unidad territorial que
luego describiremos, y también responsable, primero lo negó, luego lo admitió,
igual había pruebas, de los cautiverios en el edificio en donde MANSUETO tenía
su jefatura funcionaba un CCD, estaban secuestrados adolescentes de la ENET.
Respecto de los secuestros y cautiverios que se ejecutaron, que él ejecutaba
mientras era jefe de batallón, dijo que “RUIZ Y BOHOSLAVSKY, creo que alguna
noche compartimos o hemos dormido en la misma unidad”. La diferencia es que
algunos estaban secuestrados y sometidos a tormentos y él era el jefe de ese
lugar, y no sólo el jefe, sino que quien daba las órdenes, quien disponía los
medios y quien tenía en definitiva en términos jurídicos el dominio funcional
del hecho.
Hugo FANTONI, jefe de personal del estado mayor del V cuerpo.
FANTONI participaba en las deliberaciones una vez que se fusiló a las 4
víctimas de los que se conoce como la “Masacre del Pibe de Oro”: GIORDANO,
IZURIETA; YOTTI y ROMERO, adolescentes todos. FANTONI participaba de las
deliberaciones de la jerarquía militar que integraba y también era quien
disponía los traslados, era responsable como jefe de personal de la permanencia
en las cárceles de los detenidos y quien disponía los traslados a otras
unidades por ejemplo, eso está documentado. Y cuando tuvo que trasladar a los
detenidos de la Unidad IV a Rawson eligió un día particular; el 22 de agosto de
1977 como para que no queden dudas de lo que les esperaba a los detenidos
cuando llegaran a Rawson.
Carlos TAFFAREL, jefe de Acción Psicológica Secreta durante 5
años, una función determinante para el montaje de los falsos enfrentamientos
que se produjeron tanto en el año 76 como 77, estuvo 5 años a cargo de esa
sección. Es decir un ejecutor claro, efectivo, evidentemente, porque no lo
cambiaron de función, desde el destacamento de inteligencia.
Norberto CONDAL: Julio GONZALEZ CHIPONT, uno de los subjefes
del equipo de lucha contra la subversión presentó documentación pidiendo ser
ascendido y dijo que ameritaba su ascenso a partir de que él, junto con otro de
los acusados de aquí, había participado en la eliminación de terroristas
subversivos, y dijo: “Yo participé junto con el equipo de lucha contra la
subversión”, lo dejó plasmado por escrito, de Patricia ACEVEDO, Carlos RIVERA,
de las 4 víctimas de la “masacre El pibe de Oro”, que recién enumeré, y cuando
GONZALEZ CHIPONT tuvo que ofrecer avales de esa eliminación, de las cuales él
se hacía cargo junto con otras autores, ofreció a Norberto CONDAL. Firmó: esto
lo puede avalar Norberto CONDAL y Mario MENDEZ también, entre otros.
Luego Jorge GRANADA, quien fue el jefe de “EL TÍO” CRUCIANI,
es decir, el jefe del principal torturador del CCD, es decir CRUCIANI recibió y
ejecutaba las órdenes de GRANADA. Cuando lo tuvo que calificar, obviamente, le
dio la máxima puntuación. Es indudable su responsabilidad, a partir solamente
de este hecho en términos concisos porque tiene un contenido, tanto delictivo
como de daño enorme.
Vicente FORCHETTI fue el comisario de la policía federal de
Viedma, jefe de grupo de tareas de la subzona 51 en Viedma y participaba él
mismo en los secuestros, y fue reconocido en esta misma audiencia. También
hacia traslados hacia centros clandestinos de detención.
Walter Bartolomé TEJADA, era el auxiliar del departamento II
de inteligencia. Entre ALVAREZ, que está prófugo, y TEJADA concentran las
jefaturas de inteligencia del departamento II desde el año 1974 al 1981, es
decir es un oficial retirado del Ejército, determinante en la inteligencia de
toda la dictadura militar en Bahía Blanca, y además obviamente, es el jefe de
Julián CORRES. Es decir, CORRES estaba bajo sus órdenes, él supervisaba, él lo
calificaba. CORRES cumplía las ordenes que él le daba.
El ejecutor dentro de la estructura del V Cuerpo, bajo las
órdenes de Walter TEJADA.
Osvaldo PAEZ, otro de los acusados de este juicio. Presidente
del Consejo de Guerra, de una guerra que sólo existía en su ficción, o una
especie de justificación que necesitaran, jefe de una división y educación, no
sé porque se llamara así. PAEZ fue reconocido torturando victimas, torturando a
SOTUYO, lo reconoció en esta misma audiencia, torturando a BENAMO en mayo
del 76 y aparte de ser jefe de división, de estar como oficial del estado mayor
torturando jóvenes, SOTUYO ha tenido 20 o 21 años y él tenía más de 40 en ese
entonces. También comandó operativos en la zona, ha admitido él además de
intentar escapar de la responsabilidad diciendo que contaba municiones en el
Vto. Cuerpo, admitió y está documentado también, estar a cargo de operativos
antisubversivos en la zona, ordenados por Adel VILAS.
Juan Manuel BAYON, jefe del departamento III de operación del
V cuerpo de ejército, el único general de los acusados aquí presente, y el
generalato en estas instituciones es el máxima rango al que puede aspirar un
oficial, por ello tiene una connotación especial en este caso BAYON como
general y como jefe de departamento 3 de operaciones al ser indagado por el
juez federal en la instrucción llegó a decir que él se ocupaba de
autorizar casamientos, el jefe del departamento 3 operaciones, venia de ser el
vice director de la junta interamericana de defensa y cuando se le pregunto qué
hacia usted en el Vto. cuerpo dijo: que autorizaba casamientos. Luego de
estar en el departamento 3 de operaciones fue Director de la Escuela de Guerra,
fue interventor de Misiones, es decir, una persona con un despliegue importante
en términos políticos y militares, políticos en ese contexto dictatorial y que
llegue a decir eso, obviamente es una persona inteligente, no es una persona
que pueda llegar a ser abrumada por circunstancia repentina, este es el
indicativo, por el cerco de prueba que existe es tan determinante, que solo le
queda transitar por lo absurdo.
Mario Carlos Antonio MENDEZ, el entusiasta oficial del V
cuerpo de ejército del cual hemos probado en este juicio que fue el ejecutor
directo de numerosos fusilamientos en las calles de Bahía Banca; tanto en Fitz
Roy 137 como en Chiclana 1009 reconocido por un adolescente como la persona que
estuvo a cargo del secuestro y traslado al batallón de comunicaciones de 6
adolescentes comandando, o al menos una facción el equipo de lucha contra la
subversión durante plena dictadura y de noche obviamente.
Jorge Aníbal MASSON jefe de una de las secciones de lucha
contra la subversión y no sólo un jefe formal sino también alguien que
tenía participación activa en los operativos.
Héctor ABELLEIRA, si repasamos su conducta, el decía: “esta
noche salgo de cacería” y esa noche secuestraron a Vilma Diana RIAL y a Oscar
MEILAN y abandonaron a sus hijos. Esa conducta que ha quedado comprobada
entiendo que determina el sentido de la acusación.
GONCALVES reconocido también por sus vecinos en los
secuestros.
CONTRERAS que no está en la audiencia, pero también fue
reconocido por los testigos en los diferentes secuestros.
Ese repaso de conductas de cada uno de ellos entiendo que
constituye un núcleo probatorio, está probada cada una de esas circunstancias
que ya determina el sentido tanto de la acusación como de la sentencia. Pero el
juzgamiento que está en desarrollo es algo más que una acción particular o
incluso excede lo que suelen ser los juicios orales en otras jurisdicciones, en
que se juzga un centro clandestino. Estamos
juzgando una época de esta ciudad, de esta región, la más oscura que hubo,
a partir de estas conductas que fueron constantes durante toda la dictadura
militar.
Estamos
juzgando a los integrantes de las instituciones públicas fundantes de esta
ciudad, esta ciudad fue fundada por el ejército y se está juzgando la comisión
de crímenes contra la humanidad de las estructuras de poder,
que queda graficado con CORRES por ejemplo. Y es el juzgamiento de un poder
dictatorial parcial porque el resto seguramente depende del silencio de estos
acusados que fueron, como le reclamaba La Nueva Provincia, implacables con sus
víctimas y también lo siguen siendo con sus familiares. Estos acusados siguen ejerciendo la tortura, siguen con el poder que
les queda accionando contra las víctimas, contra sus familiares, siguen
callando la información que tiene acerca de que hicieron con los desaparecidos,
que hicieron con los restos de esas personas y esa es una conducta del poder
que les queda, les queda el poder de información y ese poder residual que
tienen para siempre lo siguen ejerciendo contra las víctimas. No hay
ninguna manifestación de dolor que los haya llevado a reflexionar a cerca de la
posibilidad de establecer alguna vía de cese del dolor, y de dejar de torturar
a los ciudadanos. Estas personas siguen coaccionando, siguen usando la
información para que otros ciudadanos sigan sufriendo, algunos de los padres de
los desaparecidos tienen la misma edad que ellos, se sabe que no queda mucho de
vida, estadísticamente no queda mucho de vida y aun así lo siguen haciendo. Hay
personas que llegaron acá como pudieron, aceptaron sentarse cerca de ellos, un
gran gesto pacífico, de civilización, de educación es decir a los más de 80
años venir y sentarse a un metro de ellos, volver a contar y seguramente que
muchos de esos padres; por ejemplo Elmo PERALTA ha pensado que estas personas
han visto por última vez a sus hijos, han sido ellos quienes por última vez los
vieron, quizás debajo de sus botas o cargados en el baúl de unos de los autos y
vinieron acá para colaborar con la justicia, pero con la esperanza de que se
iba a dar algún paso, que quizás se dé en la certeza de ese conocimiento que
necesitan para pasar sus últimos días con el dolor pero habiendo obtenido una
calma a partir de esos datos.
Hace poco declaró en el juicio oral de Mar del Plata, Martín
FRESNEDA, hijo de desaparecidos, y dijo ante los jueces y los imputados con la
misma responsabilidad que los que hay acá, al intentar explicar por qué quieren
saber donde están, por qué los necesitan. Es una pauta civilizatoria milenaria,
y dijo entonces Martín FRESNEDA;
“Nacimos de esos huesos y necesitamos abrazarlos de nuevo”.
Hay una necesidad de cercanía material aun con los restos, lo
explicó acá una de las científicas del equipo de antropología forense, una
necesidad antropológica de estar cerca de una materialidad en este caso los
padres. El hermano de Martín FRESNEDA, Ramiro FRESNEDA, ante el tribunal en ese
momento les exigió a los acusados que si les quedaba algo de dignidad les diga
que paso, no sólo con los padres sino también con los hijos de los
desaparecidos.
La
fiscalía del mismo modo que lo hizo la querella, entiendo que tiene la
obligación de exhortar a los acusados a que indiquen si es que tienen algún
dato, descartamos que sí. Un jefe de operaciones no puede no
tener ningún dato de esto que ha ocurrido bajo su órbita, lo mismo con el jefe
de área, lo mismo con las personas de inteligencia. Es una exhortación
obviamente desesperanzada, no hay ningún indicio de que registren o le den
relevancia a los efectos de sus actos, por el contrario quizás hasta allá algún
goce en esa tortura que se sigue ejerciendo. Pero la fiscalía de todos modos
cumple con la obligación de exhortarlos a que rompan ese silencio, dejen de torturar a los familiares que les
están reclamando el cese de ese dolor y que digan que hicieron con los cuerpos
de tantos desaparecidos de esta ciudad y donde están los hijos nacidos durante
el cautiverio de esas madres. Decía que es con desesperanza porque
estimo que van a seguir torturando, seguirán mortificando, seguirán agrediendo
a los ciudadanos que han sido siempre sus víctimas y sólo harán silencio.
Antes de pasar a otros capítulos quiero destacar en contraste
con las actitudes de las que ahora somos testigos, del pacto de silencio que
sigue férreo, blindado con cinismo; voy a destacar la enorme valentía y la constancia de los testigos que han
venido a este juicio. Han relatado por enésima vez las vivencias más
traumáticas de su vida, sabiendo que se exponían no sólo a examinar cada uno de
los capítulos tenebrosos que tuvieron que vivir sino, que también iban a ser
acusados, hostigados, y lo fueron. Y lo han hecho con dignidad y lo hubieran
hecho en cualquier condición, tienen esa característica, han declarado enorme
cantidad de veces. El tribunal en eso ha sido ejemplar, ha brindado el marco de
libertad como para que pudieran declarar, y voy a rescatar de la presencia de
centenares de testigos, de sobrevivientes, de padres hijos. Hubieran declarado
ante cualquier tribunal como lo han hecho siempre, han sido maltratados en
otras instancias, pero han venido y he notado el esfuerzo que han puesto en dar
cada uno de los detalles de los hechos, eso implica que han legitimado y
consideran que este es un espacio legitimo de justicia y por eso se han
brindado de ese modo, es decir, han
dejado, entiendo, después de su testimonio, latente, una confianza, como
ciudadanos, como víctimas, como afectados por estos hechos, han dejado una
cuota de confianza porque el poder judicial es uno de los últimos reductos de
esa confianza donde por el contexto con el que han vivido siempre una
enorme presión antidemocrática, dictatorial y cruel como la que se sigue
ejerciendo con la información. Descarto que los jueces tendrán la sensibilidad
suficiente y el registro de lo que significa para estas personas haber venido a
declarar, muchos de ellos tienen las mismas edades que los magistrados, con lo
cual es fácil imaginar lo que ha sido para estas personas exponerse de ese
modo, llorar en público, mostrar quizás culpas que sienten, de lo tenebroso, y
lo macabro de los hechos, que han generado culpa incluso en los sobrevivientes,
y expresar esas culpas en público, insisto, quebrarse públicamente por algo que
les ha pasado y hacer el esfuerzo de testimoniar ante un tribunal en el
cual han depositado una confianza como representantes de uno de los
órganos democráticos de la República Argentina.
Entiendo que la
sentencia que resulte de este juicio debe contemplar la entidad ética que han
tenido los centenares de ciudadanos que han venido a declarar. Y vinieron a
declarar en una ciudad en que se les sigue haciendo difícil y que les fue
hostil siempre, incluso amenazados y después de declarar en democracia, por
ejemplo ante los mismos secuestradores, Oscar
MEILAN tuvo que declarar como testigo ante IBARRA, que era juez militar, y
cuando le preguntaron qué uniforme vio en el momento del cautiverio tuvo la
valentía de responder: “El mismo que tiene puesto usted”. Esa es la entidad
ética de algunas personas, la valentía que han tenido al momento de afrontar el
proceso de justicia, ellos durante todo este tiempo y también ante el juicio de
las juntas, los hicieron viajar en el mismo medio que viajaban sus acusadores y
aun así han seguido declarando y durante
muchos años los familiares y los organismos fueron los únicos interesados en
este juzgamiento. En estas causas durante los años más duros que
siguieron a los hechos, fueron ellos los únicos interesados en que esto sea
realidad. Luego de algunos años
encontraron en la fiscalía, en Hugo CAÑON específicamente, al funcionario que
con la lucidez, la inteligencia y la valentía suficiente puedo acompañarlos,
decidió acompañarlos y ahí entonces fue cuando se lograron los avances
fundantes de este juicio. Y es por ellos; por los familiares, por las victimas
que no han cesado pese a las distracciones sociales, a las urgencias sociales,
no han cesado de marcar que estaba todavía pendiente juzgar estos hechos. Y lo
mismo ocurre con Hugo CAÑON, que pese a ser sancionado, presionado, cercado por
las instituciones que integraba, por el poder judicial, decidió llevar adelante
con mucha valentía este proceso que va culminando en este juicio. Y es por ello
que hoy estamos acá y en esta instancia.
Por último, en esta introducción voy a hacer referencia a la
metodología porque influye en el modo de la prueba, en el modo de valorar la
prueba. La metodología que estos acusados eligieron para los hechos, fue la metodología de la clandestinidad y el
anonimato, es decir, no firmaron las ordenes de ejecución, directamente
ejecutaron y esperaron escondidos en ese anonimato la impunidad que les ha
llegado hasta hoy y que debe terminar. Ese era uno de los modos posibles de
hacer las cosas.
El 6 de julio de 1976, imaginemos que el país ya era un gran
campo de concentración y mientras los comunicados del V cuerpo de ejército se
difundían en las páginas de La Nueva Provincia con las versiones falsas de
falsos enfrentamientos, con cautivos en los centros clandestinos. En este
contexto La Nueva Provincia le pedía a
las fuerza armadas que: “Abandonaran la absurda y forzada mentalidad
legalistas, realicen sus juicios sumarios y apliquen la pena de muerte dictada
por autoridades militares”.
Esta exigencia de unos de los poderes institucionalizados de
la ciudad fue traducida por un marino amigo de la casa, obviamente de la nueva
provincia, el capitán Adolfo SCILINGO, quien tenía trato con Federico MASSOT
quien por entonces era el asistente de dirección del diario y
SCILINGO publico después en los 90 lo que decía Federico MASSOT: “Son unos
cagones, tenemos generales, almirantes y brigadieres de papel, no quieren
fusilar , no quieren muertos, no quieren problemas con la iglesia combaten la
subversión sin firmar la sentencia de los muertos, eso les traerá problemas
futuros” les advertía MASSOT y el diario La Nueva Provincia a los
militares.
El
problema futuro que le preocupaba a MASSOT en plena dictadura no es otro que la
actuación de la justicia, la actuación de esta justicia que 35 años después
estamos tratando de hacer realidad en esta sala,
en relación a solo un grupo, insisto, pero un grupo relevante de ideólogos,
ejecutores, y planificadores del terrorismo de estado en esta jurisdicción.
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